Himnos históricos. gran himno.
Señor, mi Dios,
al contemplar los cielos,
El firmamento y las estrellas mil.
Al oír tu voz en los potentes truenos,
Y ver brillar el sol en su cenit.
El firmamento y las estrellas mil.
Al oír tu voz en los potentes truenos,
Y ver brillar el sol en su cenit.
Las primeras líneas
de este himno de adoración nos traen a la mente las palabras del Salmo 8:
"Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste,...
¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!" También lo que Eliú dijo en
Job 37:4: "Truena él con voz majestuosa." Pero todas las maravillas
de la creación son apenas susurros, los bordes de sus caminos, Job 26:14. El
trueno de su poder es que haya enviado a su Hijo para que fuéramos salvos por
él.
El himno fue escrito originalmente en el
idioma sueco en 1885 por un joven llamado Carlos
Boberg.
Este se encontraba en su pueblo natal de Mönsterás en la costa de Suecia. Allí
también, a la edad de 19 años, había renacido. Se reconoció un pecador perdido
y halló descanso en la promesa de Juan 14:13: "Todo lo que pidieres al
Padre en mi nombre, lo haré."
Ahora tenía 26 años.
Regresando de una reunión, le sobrevino una tormenta violenta. Los relámpagos y
los truenos llenaron su corazón de temor reverente. En poco tiempo cesó la
tormenta y Boberg llegó a su casa. Desde una ventana contempló la bahía de
Mönsterás, ahora en perfecta calma. Escuchaba el canto de un pájaro en el
bosque distante. Fue entonces que escribió "O Store Gud" (Oh, Gran
Dios), un himno de nueve estrofas.
El himno sueco fue traducido 22 años
después al alemán por Manfredo von Glehn, quien vivía en Estonia (que luego
sería parte de la Unión Soviética). Del alemán fue llevado al ruso por I.S.
Prokhanoff, conocido como el "Martín Lutero de la Rusia moderna." En
este idioma fue usado grandemente para la gloria del Señor.
Un misionero inglés, Suart K. Hine, oyó y
aprendió el himno en ruso mientras trabajaba para el Señor en Ucrania, otro
país que formaría parte de la Unión Soviética. Durante una tormenta en un
pequeño pueblo de Checoslovaquia, este siervo enviado por las asambleas de
Inglaterra tradujo la primera estrofa del ruso al inglés. Él escribió la
segunda estrofa más tarde mientras recorría una región montañosa en Rumania.
Al recorrer los
montes y los valles,
Y ver las bellas flores al pasar,
Al escuchar el canto de las aves,
Y el murmurar del claro manantial...
Y ver las bellas flores al pasar,
Al escuchar el canto de las aves,
Y el murmurar del claro manantial...
La traducción de
la tercera estrofa, donde el autor deja el tema de la creación para recordar la
grandeza de la salvación eterna, esperó un tercer incidente. El Señor Hine se
encontraba distribuyendo copias de los evangelios entre pueblos pequeños de los
países antes mencionados. En esta labor llegó a un pueblito y encontró que el
Espíritu Santo había comenzado su obra. Diecinueve años antes, un soldado ruso
había dejado su Biblia en el caserío, pero ¡nadie sabía leer! La Biblia
permaneció cerrada hasta que por fin una mujer pudo deletrear las palabras de
Dios a sus vecinos, llegando a la historia de la cruz. Cuando llegó el
evangelista, encontró corazones ya conmovidos por el amor de Dios. Esto le
impulsó a escribir:
Cuando recuerdo
del amor divino
Que desde el cielo al Salvador envió,
Aquel Jesús, que por salvarnos vino,
Y en una cruz sufrió, por mí murió...
Que desde el cielo al Salvador envió,
Aquel Jesús, que por salvarnos vino,
Y en una cruz sufrió, por mí murió...
El himno fue terminado muchos años después.
Hine y su esposa habían sido usados para conducir centenares de almas al Señor
entre los pueblos eslavos, pero se vieron obligados a dejar su obra durante la
Segunda Guerra Mundial. Regresaron a Inglaterra y empezaron a trabajar entre
los refugiados de los países comunistas.
La preocupación constante de estos pobres
era: ¿Cuándo podremos regresar a nuestros hogares? Esta pregunta inspiró la
última estrofa:
Cuando el Señor
me llame a Su presencia,
Al dulce hogar, al cielo de esplendor,Le adoraré, cantando la grandeza
De su poder y de su gran amor.
coro
Mi corazón
entona la canción:
"¡Cuán grande es Él, cuán grande es Él!"
Mi corazón entona la canción:
"¡Cuán grande es Él, cuán grande es Él!"
"¡Cuán grande es Él, cuán grande es Él!"
Mi corazón entona la canción:
"¡Cuán grande es Él, cuán grande es Él!"
Hay por lo menos cuatro traducciones del
inglés al español. La que usamos tiene el mayor contenido bíblico, y es obra de
A.W. Hotton, de quien no tenemos información.
Lillian Alves
Escuche la música de este himno (haz clic aquí): cuan grande es Él.
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