domingo, 29 de noviembre de 2015

Los leprosos y las buenas nuevas. txt; mp3

La Orotava, 29/11/2015.

                Lectura: 2Rey 7:9-12; Isa  41:27; 52:7; Nahúm 1:15.
·         Cuatro Leprosos a la entrada de la puerta de la ciudad:
2Rey 7:3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

Había algo que unía a estos cuatro hombres y era su condición de rechazados de la sociedad a causa de su enfermedad (Lev 13:28-46; Num 5:1-4),  seguramente habían entendido que en la unión estaba la fuerza que juntos tenían más posibilidades de sobre vivir que de forma individual, parecía esta ser una estrategia aplicada aún hasta en los tiempos del Señor, recordemos a los diez leprosos de Luc 17:12, aunque no era la norma parecía ser una práctica común entre este sector de la sociedad. Pensar de forma individualista a la hora de ser útil a los planes de Dios va en contra del modelo bíblico, solo basta con mirar el ejemplo que Dios nos ha dejado en su palabra para describir a la iglesia: un cuerpo con muchos miembros Rom 12:4-5; un edificio con todos sus elementos y una labranza de Dios con cada una de sus partes 1Co 3:9.

Los mercados donde se vendían y compraban toda clase de mercancías y productos, se celebraban a la puerta de las ciudades incluso hasta el día de hoy. Estos hombres estaban ubicados donde se suponía que era el lugar apropiado para la solución de sus problemas, sin embargo no era este el caso. Pensar que estamos en el lugar adecuado no basta para conseguir las metas que se nos han impuesto por parte de Dios, a veces es necesario dar algunos pasos más. ¿Pero como saber que estar en el lugar adecuado no es suficiente? Muy sencillo, por los resultados que estamos obteniendo, si estos no son los que Dios espera entonces hay que plantearnos un cambio en los planes trazados.
“Estar en el lugar adecuado no basta si no tenemos la actitud adecuada y seguimos el modelo correcto”.

Estos hombres se plantean una pregunta que dará un giro a sus vidas marcadas por la tragedia segura. “¿para qué nos estamos aquí hasta que muramos?” Ellos tenían que hacer algo diferente a lo hecho hasta ese momento, habían muchas cosas en su contra: eran leprosos con una enfermedad incurable, además estaban expulsados de la sociedad, no le debían nada a su pueblo por el contrario tenían muchas razones por las que pasar por alto todo intento de ser de ayuda a los demás al fin y al cabo ellos mismos la necesitaban. Y la respuesta que antecedió a la acción de ellos era la de ir al campamento enemigo, el de los Sirios para ver si de alguna manera podían encontrar alimento. Creo que esta misma pregunta encaja a la perfección en nuestras vidas espirituales. ¿Para qué estamos aquí? Como individuos y como iglesia Dios nos ha puesto en medio de este mundo para llevar a cabo algunas funciones, entre otras encontramos algunas en Hechos 2:42 encontramos cuatro funciones principales del cuerpo de Cristo “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.

·         ¿Para qué nos estamos aquí como iglesia?, una pregunta importante.
2Rey 7:3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
a.      Para perseverar en la doctrina de los apóstoles.
Solo existieron doce apóstoles más Pablo, Luc_6:13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles; unas 15 veces se menciona el apostolado de Pablo en el N.T. En cada comienzo de cada carta escrita por Pablo hace mención a este asunto Rom 1:1; 11:13; 1Co 1:1; 9:1-2; 15:9; 2Co 1:1; 12:12; Gal 1:1; Efe 1:1; Col 1:1; 1Ti 1:1; 2:7; 2Ti 1:1; 1:11; Tit 1:1. En comparación con Pedro que solo lo hace un par de veces. 1Ped 1:1; 2Ped 1:1.
b.      Para mantenernos en comunión los unos con los otros.
c.       Para celebrar el partimiento del pan.
d.      Y permanecer constantes en la oración.
¿Para qué nos estamos aquí como discípulos?: Para ser luz; para ser sal; para llevar fruto para Dios, etc.

Una similitud entre la encomienda de los leprosos y nuestra encomienda de llevar las buenas nuevas.
·         Una encomienda apremiante:
2Rey 7:5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.

El entorno donde estos leprosos debían transitar era de oscuridad, esto nos enseña que la encomienda era apremiante, no podían esperar hasta la mañana del día siguiente
Heb_12:12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;

·         Una encomienda exclusiva de Dios.
2Rey 7:6-7 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército;
Fue Dios el que libró la batalla de su pueblo en este caso, sin desenvainar una sola espada los sirios huyeron dejando el campamento a disposición de Israel. Así mismo el mensaje de salvación ha sido planificado, por el Padre, ejecutado por el Hijo y ungido por el poder del Espíritu Santo. Nosotros solo somos meros mensajeros.

·         Una encomienda de degustación personal.
2Rey 7:8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienday y comieron y bebieron,  y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda,y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.

El evangelio que anunciamos es una experiencia personal que hemos gustado con anterioridad, difícilmente nadie que no ha recibido el evangelio de Dios en su vida lo anunciará a otros, ya que valdría el comentario “médico cúrate a ti mismo”. Estos leprosos primeramente comieron y bebieron atendieron primeramente sus necesidades personales para ese momento, era necesario ya que sus propias vidas estaban en riesgo.

·         Una encomienda reflexiva.
2Rey 7:9 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey.
Hemos gustado primeramente de esta gran salvación y nos olvidamos que allá afuera hay toda una ciudad que esta hambrienta de Dios y con las mismas necesidades espirituales que antes nosotros teníamos. ¿Hemos encontrado un tesoro invaluable como es el evangelio de Dios y lo escondemos?

·         Una encomienda claramente oída por todos.

2Rey 7:10 Vinieron, pues, y gritaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios,


(haz clic aquí para escuchar o descargar).

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