jueves, 4 de octubre de 2012

¿Quienes es mi hermano? I txt




La Orotava, Tenerife, 23/05/10.

Quién es mi...



¿Quienes es mi hermano?; Saber quiénes son mis hermanos nos prepara para ser verdaderos cristianos.
Mar 3:33  El les respondió diciendo: ¿Quién es mi  madre y mis hermanos? Mar 3:35  Porque todo aquel que hiciere la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. 

CONDICIONES DEL PARENTESCO.

Aquí Jesús establece las condiciones del verdadero parentesco. No es cosa de carne y sangre exclusivamente. Puede suceder que una persona esté realmente más cerca de uno que no es pariente suyo que de los que están relacionados con ella por los lazos más estrechos de parentesco y de sangre. Entonces, ¿de qué depende, el verdadero parentesco?

(i) El verdadero parentesco depende de una experiencia común, especialmente cuando es una experiencia en la que dos o más personas han pasado por situaciones importantes juntas. Se ha dicho que dos personas llegan a ser realmente amigas cuando se pueden decir la una a la otra: " ¿Te acuerdas?» Y entonces siguen hablando acerca de cosas que han pasado juntas. La base de un verdadero parentesco radica en una común experiencia; y los cristianos comparten la experiencia de ser pecadores perdonados, redimidos por la preciosa sangre del cordero de Dios Jesucristo.

(ii)   El verdadero parentesco depende de un interés común. A. M. Chirgwin nos dice una cosa muy interesante en su  libro “La Biblia en el evangelismo internacional”. Una de las mayores dificultades que tienen  los distribuidores de las escrituras no es tanto vender sus libros como hacer que la gente los lea. Y prosigue: "Un vendedor en la China pre comunista  había mantenido por años la costumbre de ir de tienda en tienda y de casa en casa. Pero a menudo se llevaba un chasco, porque muchos de sus nuevos lectores de la Biblia perdían el interés; hasta que se le ocurrió un plan: ponerlos en contacto entre sí y formar con ellos un grupo de adoración y estudio, que a su tiempo llegaban a organizarse como iglesia.» Sólo cuando esas unidades aisladas llegaban a ser parte de un grupo unido por un interés común se daba entre ellas el verdadero parentesco. Los cristianos tenemos ese interés común, por ser personas que deseamos conocer a Jesucristo más íntimamente.

(iii)  El verdadero parentesco depende de una obediencia común. Los discípulos eran un grupo muy heterogéneo. Entre ellos se daban toda clase de creencias y opiniones. Un cobrador de impuestos como Mateo y un nacionalista fanático como Simón el Celote tendrían que haberse odiado mutuamente a muerte, y probablemente se habrían odiado antes. Pero ahora estaban vinculados, porque habían aceptado a Jesucristo como su Maestro y Señor. Cualquier pelotón de soldados estaría formado por hombres de diferentes trasfondos y profesiones y convicciones; sin embargo, si están un tiempo suficiente juntos, formarán un grupo de camaradas a causa de la obediencia que comparten. Las personas pueden llegar a ser amigas cuando comparten un jefe en común. Las personas pueden amarse mutuamente solamente cuando aman a Jesucristo.

(iv)    El verdadero parentesco consiste en una meta común. No hay nada que una tanto a las personas como una finalidad común. Aquí hay una gran lección para la Iglesia. A. M. Chirgwin, hablando de un interés renovado en la Iglesia, pregunta: "¿Señala esto la posibilidad de un nuevo enfoque al problema ecuménico, basado más bien en consideraciones bíblicas que en cuestiones eclesiásticas?» Las iglesias nunca se aproximarán entre sí mientras discutan acerca de la ordenación de sus ministros, la forma de gobierno eclesiástico, la administración de los mandatos Bibñicos y todo lo demás. La única cosa en la que se pueden encontrar es el hecho de que todas están tratando de ganar almas para Jesucristo. Si el parentesco viene de una finalidad común, entonces los cristianos poseemos el secreto por encima de todos los demás seres humanos, porque todos nos estamos esforzando por conocer mejor a Jesucristo e introducir a otros en Su Reino. Aunque no estemos de acuerdo en otras cosas, en eso podemos encontrar y reconocer nuestra unidad.

El Señor quería resaltar el hecho de que existe un vínculo mayor que el consaguíneo, uno que puede unir a las personas, sin que estas se hallan visto antes en la vida. Y este enlace  es el deseo común de hacer la voluntad del que nos amó a nosotros primero, Jesucristo.

 (Haz clic sobre las referencias bíblicas para leer el versículo completo). 
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1 comentario:

  1. Tu post me ha recordado a una película titulada Basket Case. ¿Dónde te escondes, hermano?

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