La Orotava, Tenerife (islas Canarias-España), 15/11/2010.
Sal 23:1 Jehová
es mi pastor; nada
me faltará.
Que convicciones encontramos en este salmo tan corto pero convincente.
David dice Jehová es mi pastor y porque yo soy su oveja nada me faltara, ahora
El enumera algunas necesidades en las cuales su Pastor le proveerá.
·
Nada me faltará, en la
alimentación diaria, el vrs. 2 describe
que nuestro buen Pastor nos dará los mejores pastos, los delicados, aquellos que no molestan al paladar porque
son tiernos, a demás esos pastos vendrán acompañados de aguas calmas,
abundantes y tranquilas que saciaran nuestra sed, mientras pastamos estamos
confiados que las aguas de reposo estarán a nuestra disposición para saciar
nuestra sed.
·
Nada me faltará, aunque me pierda por mi
necedad en los caminos tortuosos de la vida. En el vrs. 3 el verbo
confortará, indica en hebreo el sentido de "volver al
punto de partida" con el énfasis que le da el salmista puede aplicarse
específicamente a "regresar por un camino ya transitado", aunque
en mi terquedad me pierda en la espesura de la noche y mi alma vague en los
escondrijos mas escarpados, Dios me hará volver por el camino antes transitado
a la seguridad del redil junto a Él. ¡Qué preciosa seguridad de consuelo al
saber que nuestro divino pastor
confortara nuestra alma!
·
Nada me faltará, aunque la muerte toque mi frágil vida. En el vrs. 4, David
describe el sitio más peligroso que una oveja descarriada podría afrontar; El
valle. y si a eso le añadimos que en ese valle lo que reina son las sombras y
la muerte, ya nos podremos imaginar el panorama. En el valle es donde los
arroyos fluyen debido a la confluencia de las montañas, y donde los animales
sedientos bajan a beber. Y donde hay presas hay también depredadores. Pero la
presa no está sola hay un valiente pastor dispuesto a dar su vida por cada una
de sus ovejas, dispuesto a usar su vara y su cayado para alentarnos las veces
que sea necesario. Gloria a nuestro buen pastor que nos acompaña aun en la
prueba de muerte.
·
Nada me faltará, en mi comunión, en la unción y en la abundancia de mi
relación personal con mi Señor, aquí el Dios de la gloria se presenta como el
anfitrión que prepara la mesa delante de los que nos adversan. La palabra
aderezas significa "poner en orden", indicándonos que lo que antes
era un valle Dios lo a aplanado, lo que antes era sombra su luz fulgente lo ha
aclarado, y lo que antes era muerte El
lo ha hecho renacer. ¡Qué mesa tan suculenta pone nuestro buen Pastor a la disposición de sus ovejitas!
·
Nada me faltará, en la esperanza de
una morada eterna, David culmina con la más firme convicción de que habrá una
casa celestial después de pasar por todos los tormentos y penurias terrenales. Su Pastor no le dejaría en el momento más
difícil de su carrera, el final de su carrera será el clímax de la bondad de un
buen Pastor que ha prometido a cada una de sus ovejas que nada nos faltara.
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