jueves, 16 de agosto de 2012

Introducción al libro de los Salmos, el Himnario del Antiguo Testamento.


                                                                                 
La Orotava, Tenerife (islas Canarias-España),25/04/2010.


CARACTERÍSTICAS DE LA POESÍA HEBREA
La característica más sobresaliente de la poesía hebrea es su “paralelismo”, que algunos llaman la rima de ideas. Normalmente los versículos tendrán dos líneas o dos partes y estas dos líneas tendrán ideas paralelas. Para el oído hebreo era lindo escuchar este tipo de repetición.
Encontramos tres clases básicas de paralelismo: el sinónimo, el sintético y el antitético. Incluimos aquí dos ejemplos de cada uno.

a.- Paralelismo sinónimo: “El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos” (2:4). “Digo: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; y el hijo de hombre, para que lo visites?” (8:4). En estos casos es claro que la segunda línea repite en diferentes palabras la misma idea que la primera.
 b.- El paralelismo sintético repite el mismo concepto, pero agrega algún contenido adicional. “Los preceptos de Jehová son rectos; alegran el corazón. El mandamiento de Jehová es puro; alumbra los ojos” (19:8). “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” (119:9). En ambos casos se agrega algo más; el segundo ejemplo es más claro, pues contesta la primera línea. A menudo será un juicio subjetivo decidir si se trata de un paralelismo sinónimo o sintético. Por ejemplo el Salmo 1:1 podría considerarse sinónimo, pero realmente se agrega algo más en cada una de las tres líneas: “Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los burladores” (1:1).
 c.- El paralelismo antitético es típico de la literatura sapiencial; los proverbios son mayormente antitéticos. Es una manera de enseñar con contrastes. Varios salmos también usan paralelismo antitético: “Porque Jehová conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos perecerá” (1:6). “Porque los malhechores serán destruidos, pero los que esperan en Jehová heredarán la tierra” (37:9).
 Libro de los salmos
            El actual nombre hebreo del libro es Tehill'im, "Alabanzas", pero en el contexto real de los salmos, la palabra, Tehillah, se aplica sólo a uno, Sal_145: 1, ¿Cuál es, en efecto enfáticamente una alabanza himno. La Septuaginta (LXX) lo titulo psalmoi ellos, o "salmos", es decir, piezas líricas para cantar con un instrumento musical. La Iglesia cristiana, obviamente, recibió el Salterio de los Judíos, no sólo como una parte constituyente del libro sagrado, sino también como el himno litúrgico-libro, que la Iglesia judía había utilizado regularmente en el Templo.
 División de los Salmos
El libro contiene 150 salmos, y puede ser dividido en cinco grandes divisiones o libros, que deben haber sido originalmente escritos en diferentes épocas.
Libro I es, por el contexto, totalmente davídico tampoco encontramos en él un rastro de autoría, sino de David. Es de creer que la compilación del libro también fue obra de David. Comprenden los salmos 1 al 41.
Libro II aparece la fecha de su último salmo, Psa_46: 1, que fue compilado en el reinado del rey Ezequías. Es natural que comprenden, en primer lugar, varios o la mayoría de los salmos Levítico anterior a esa fecha, y en segundo lugar, el resto de los salmos de David sin compilar previamente. Para estos últimos, el colector, después de añadir correctamente el salmo único de Salomón, ha puesto el anuncio de que "las oraciones de David, el hijo de Jesse, Comprenden los salmos 42 al 72.
Libro III, el interés de que se centra en los tiempos de Ezequías se extiende, por sus dos últimos salmos, hasta el reinado de Manasés: fue compilado probablemente en el reinado de Josías. Contiene 17  salmos, comprendidos entre: los  73 al 89, once por Asaf, cuatro por los hijos de Horah, uno, Salmo 86, por David, y uno por Ethan.
Libro IV contiene el resto de los salmos y la fecha de la cautividad, hay diecisiete años, de los Salmos 90 al 106 - uno por Moisés, dos de David, y el resto, en el anonimato.
Libro V, los salmos de la declaración, contiene cuarenta y cuatro, de los Salmos 107 al 150.

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