sábado, 10 de noviembre de 2012

Llamados de las tinieblas a la luz.


La Orotava, Tenerife, 11/11/2012.


Llamados de las tinieblas a la luz.
1Pe 2:9  Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (RVG Reina Valera Gómez).
Introducción:
La luz y las tinieblas son temas recurrentes en algunos libros de la Biblia, Dios es luz, se nos dice en 1ª Jn 1:5,  en tanto que Satanás es “la potestad de las tinieblas” (Lc 22:53). Las personas aman o la luz o las tinieblas, y ese amor controla sus acciones (Jn 3:16-19) Así como la primera creación empezó con sea la luz, así la nueva creación empieza con la entrada de la luz en el corazón de los creyentes, 2 Co 4:3-6.
La luz en la Biblia está asociada con muchos aspectos prácticos en nuestra vida, mencionaremos solo algunos de los muchos que encontramos en ella:

1.-  Evangelio: 2Co 4:3  Que si nuestro evangelio está aún encubierto, para los que se pierden está encubierto;  4:4  en los cuales el dios de este mundo cegó la mente de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
2.-  Lugar de habitación: 1Ti 6:16  el único que tiene inmortalidad, y habita en luz  inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea honra y poder  sempiterno. Amén.
3.-   Conocimiento: 2Co 4:6  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
4.-   Condenación: Jn 3:18  El que en Él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya es condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 3:19  Y ésta es la condenación; que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 3:20  Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. 3:21  Pero el que obra verdad, viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

5.- Comunión: 1Jn 1:6  Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

Hijos de luz.
Era una manera común de hablar entre los hebreos. Se dice que una persona es el hijo de cualquier influencia que determina su carácter. En el A.T. leemos a los hijos de Belial Jue 19:22. En el N.T.  Se nos dice de los hijos del trueno Mr 3:17. Bernab.e es llamado “hijo de consolación”. Hch 4:36. Los que hemos creído en Cristo somos “hijos de luz” Jn 12:36.  En esta frase está implícita una acción trascendental de nuestra parte, para ser hijos es requisito indispensable haber sido engendrados. Y en el terreno espiritual este nacimiento se efectúa por parte del Espíritu de Dios. El Señor Jesús le dijo a Nicodemo, os es necesario nacer de nuevo y este nacimiento tiene su origen en el espíritu y el agua.

Algunos deberes en nuestra vida que si somos genuinos Hijos de Luz, deberíamos poner en práctica.

1.-        Si somos hijos de luz debemos Creer en la luz.
Jua 12:36  Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
Para ser genuinos hijos de luz, debemos creer en la luz, para los discípulos el aprovechamiento de la cercanía del hijo de Dios, era garantía de luz en ellos. Para nosotros los creyentes, creer en la luz significa apoyarnos en la claridad que emana de la persona de nuestro Señor, ya que nuestra fuente de luz es Dios mismo, consideremos lo siguiente:

Dios es luz, lo declara el mismo Juan en su carta 1ª capitulo 1:5.
Jesucristo es la luz del mundo, esto se nos dice en Jn 8:12; 9:5.
Los creyentes en Cristo somos luz del mundo, como declara Mt 5:14. Hemos recibido de la fuente cuando creímos y nos mantenemos en ella al estar fieles y cerca de Cristo.

El término que resalta aquí y que va asociado a la luz es creer, y en griego es pisteuo (πιστευω, G4100), creer, también ser persuadido de, y por ello fiarse de, confiar. Significa, en este sentido de la palabra, apoyarse en, no una mera creencia. Se halla con gran frecuencia en los escritos del apóstol Juan, especialmente en su Evangelio. No usa el nombre (véanse pistis, en FE). En cuanto a la primera utilización del verbo, véase Jua_1:50. De los escritores de los Evangelios, Mateo usa el verbo en diez ocasiones, Marcos diez, Lucas nueve, Juan noventa y nueve. ¿Por qué Juan la usa más? Juan quiere que sus lectores tengan claro que para poder apreciar la imagen invisible del Mesías prometido, es necesario tener presente esta palabra, creer. Ya que el nos muestra el lado oculto de Jesucristo, su divinidad.

2.-       Si somos hijos de luz debemos Diferenciarnos de los hijos de este siglo.
Luc 16:8  Y alabó el señor al mayordomo injusto por haber hecho astutamente; porque los hijos de este siglo son en su generación más astutos que los hijos de luz.
Es destacable la diferencia que hace el Señor, entre los hijos de este siglo y los hijos de luz. La misma sagacidad y previsión que demuestran los sabios según el mundo en las cosas materiales, deben ser imitadas por aquellos que hemos resuelto vivir una vida en luz, adelantándonos siempre a los posibles problemas que se nos presenten en nuestro cometido de irradiar nuestro fulgor a aquellos que nos observan.
Esta palabra astuto aquí mencionada, en griego es fronimos (φρόνιμος, G5429), prudente, sensato, con una sensatez práctica. Se utiliza en este pasaje, con el grado comparativo fronimoteros, «más sagaces». La comparación marca claramente una diferencia entre los hijos de este siglo y los hijos de luz. Para ello el Señor nos muestra una parábola de un mayordomo que actuó con sagacidad, perdonando a los deudores de su señor, para ser recibido, posteriormente por ellos en sus casas.
Si somos hijos de luz, debemos ser diferentes, demostrando previsión ante las dificultades espirituales.

 3.-       Si somos hijos de luz debemos Andar en su luz.
Efe 5:8  Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: Andad como hijos de luz.  2Co 6:14  No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?

Andad G4043 περιπατέω  peripatéo de G4012 y G3961; andar todo alrededor, i.e. andar en general (específicamente como prueba de capacidad).
Andar como hijos de luz significa mantenernos en movimiento en el camino de Dios sin tener nada que esconder. Es relativamente fácil esconder algo de otras gentes ya que ellos no pueden ver nuestro corazón ni nuestra mente. Pero todas las cosas están desnudas y descubiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta un día (Heb 4:13).
Un escritor le pidió permiso a Charles Spurgeon para escribir su biografía, a lo que este gran predicador le respondió: “¡Puedes publicar  todo lo que quieras sobre mi vida, no tengo nada que esconder!”

Si andamos en luz tendremos comunión los unos con los otros. 1Jn 1:7  más si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

¿Estamos andando como genuinos hijos de luz, reflejando una vida diáfana y transparente a todos los que nos rodea?, o estamos estancados en un movimiento estacionario dando luz solo dentro de las puestas de la iglesia donde nos reunimos.
  
4.-       Si somos hijos de luz, debemos recordar de dónde venimos y qué futuro nos espera.
1Ts 5:5  Porque todos vosotros sois hijos de luz, e hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas.

La luz es el elemento natural del creyente y su ambiente normal. Nos son las tinieblas ni las sombras. Aparte de ser hijos de luz,  los creyentes también somos  hijos del día. Para los que hemos sido iluminados por el Espíritu de Dios (Heb 10:32) viven y caminan en la luz y avanzan hacia aquel día  cuando serán participantes de la herencia de los santos en luz (Col 1:12). Hijos del día va más allá que hijos de luz. La repetición de una frase produce énfasis y un llamado de atención para captar nuestro interés. No solamente tienen ellos iluminación propia al ser hijos de luz, sino que el día es el reino de ellos ya que son hijos del día.

Hay un insecto llamado luciérnaga, esta es capaz de producir una luz propia muy tenue, como resultado de una reacción química que se produce en su organismo. Cuando es de noche la luciérnaga es un “insecto de luz”, pero cuando la noche remite y el amanecer se ilumina transformándose en día, su luz tenue es inapreciable e inútil. Al contrario,  los creyentes somos hijos de luz mientras las sombras reinan a nuestro alrededor, pero cuando se manifieste el sol de justicia, Jesucristo mismo, dejaremos de ser hijos de luz, para ser transformados en hijos del día. Y reinaremos con Él por toda la eternidad. Qué futuro glorioso nos espera en aquella maravillosa mañana.

¿Tenemos cumplidos nuestros deberes? Hemos creído en la luz, ¿somos diferentes a las sobras y a la oscuridad que nos rodean? Andamos en comunión con nuestro entorno, ¿recordando la mañana gloriosa que nos espera?  Recordemos el encomiable llamamiento que Pedro nos hace, con el único objetivo de anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Jesucristo mismo. 

Escucha el mensaje en mp3 aquí: Llamado de las tinieblas a la luz.

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