Existe una razón más para aceptar como real la
existencia de una vida después de esta y es la que Juan nos da en
su profecía por medio de sus escritos en el libro del Apocalipsis. El
estado futuro de las almas sin Dios, se nos describe en el siguiente
párrafo:
Apocalipsis 20:11-15
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo; y no fue hallado lugar para ellos. 12
Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el librode la
vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en
los libros, según sus obras. 13 Y el mar dio los muertos
que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que
estaban en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14
Y la muerte y el infierno fueron lanzados en el lago de fuego. Ésta es la
muerte segunda. 15 Y el que no fue hallado escrito en el libro
de la vida fue lanzado en el lago de fuego.
Aquí podemos apreciar dos
elementos que componen a cada individuo: Cuerpo y alma a demás otras
referencias Bíblicas añaden un tercero, el espíritu que veremos más adelante..
El cuerpo:
El cuerpo es la casa formada inicialmente del barro
con el cual Dios hizo a Adan, no en vano se nos dice en las sagradas
escrituras: “pues polvo eres y al polvo volverás”. Según el Apóstol Juan, el
mar la muerte entregarán los muertos Apc 20:13-14, Pero ¿Qué
entregará cada uno? Sino los cuerpos que cada uno de ellos ha tomado como
posesión cuando este ha pasado de un estado activo a inerte y carente de vida.
Cuando la muerte toca nuestro cuerpo la unidad tripartita del individuo se disuelve
y cambia su estado. Cesando su relación con el mundo que le rodea y comenzando
un estado espiritual. Así que en un futuro el botín de la muerte será entregado
para que esa unidad que fue rota por ella se consolide una vez más.
El alma:
No solo la muerte entregará sus víctimas, sino que el
Hades hará lo mismo, pero con una entrega completamente diferente ya que esta
será espiritual. El Hades es el lugar donde las almas están sin sus cuerpos,
los cuales fueron uno en vida con esta. Este es el lugar al que el Señor hace
referencia en Lucas 16, tema que tocamos en los artículos anteriores. Pero
¿cuál es el propósito para que cada Verdugo (muerte y Hades), haga esta
entrega, en el que Juan llama “el día del juicio final”? Si la muerte entregará
los cuerpos y el Hades las almas, debemos llegar a la terrible conclusión que
las personas de manera individual y tal como ahora existimos, tendrán que dar
cuenta ante Dios por no hallarse inscritos en el libro de la
vida Apo 20:15 . Que terrible realidad les espera a todos aquellos
que se atrevan a rechazar el favor que Dios ofrece en la persona de su Hijo, ya
que para estar inscritos en ese libro de la vida es necesario haber recibido el
perdón de nuestros pecados por la obra que Cristo realizó en la cruz del calvario.
Dios no juzgará a estas personas por sus pecados, ya que estos ya han sido
juzgados en la cruz y Dios no puede cobrar dos veces una misma deuda. El Dios
de justicia emitirá su veredicto por el rechazo de esta humanidad a la obra y a
la persona de Cristo. Rom 6:23 Porque la paga del pecado es muerte;
mas el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro.Eze 18:4 He aquí que todas las almas son mías; como el alma del
padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.
El espíritu:
Pero falta un tercer
elemento, el espíritu, este es el aliento de vida que fue soplado en la nariz
de nuestro primer padre Adan; Este nos permite relacionarnos con nuestro
entorno mientras está unido al cuerpo, es lo que permitió que aquel muñeco de
barro inicial cobrara vida y existiera como individuo, con personalidad y
sentimientos. Cuando morimos, la Biblia nos dice que este vuelve a Dios quien
es el dador de la vida. Ecl 12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como
era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
El castigo final y concluyente para los no inscritos en el libro de la vida, será un lago de fuego que arderá por toda la eternidad Apo 20:15(b). Lugar que cada persona se habrá adjudicado por cuenta propia debido a su incredulidad, indiferencia o cobardía de no identificación con la persona de Cristo.
El castigo final y concluyente para los no inscritos en el libro de la vida, será un lago de fuego que arderá por toda la eternidad Apo 20:15(b). Lugar que cada persona se habrá adjudicado por cuenta propia debido a su incredulidad, indiferencia o cobardía de no identificación con la persona de Cristo.
Una vez más debo hacerte tal vez la
pregunta más importante que te hallan hecho: ¿Está tu nombre inscrito en el libro de la vida?
Espero que si. Y si no lo está te invito a reconocerte pecador delante de Dios en
confesión sincera y confieses que Cristo murió por ti en la cruz para darte la
salvación de tu alma, si lo haces con sinceridad Dios promete que a partir de
ese momento serás un hijo o una hija de Dios, que así sea para tu provecho
espiritual.
Continúa aquí: El rico y Lázaro ¿parábola o realidad? (II).
(haz clic aquí para escuchar o descargar).
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