Introducción: La Cita Inesperada en Galilea
¿Pueden
imaginar la mezcla de confusión, miedo y una incipiente esperanza que debían
sentir los discípulos después de la crucifixión? El mundo se había vuelto patas
arriba. Y es en medio de este torbellino emocional que irrumpen unas palabras
que cambiarían su perspectiva para siempre. No fueron palabras de reproche ni
de lamento, sino de dirección y promesa. Me refiero a las instrucciones dadas
por el Ángel y por el mismo Jesús a las mujeres, con un destino claro en mente:
Galilea.
Consideremos
lo que nos dicen las Escrituras:
- Mateo 28:7: "E id pronto, decid a sus discípulos que
ha resucitado de los muertos; y he aquí va delante de vosotros a Galilea;
allí le veréis; he aquí, os lo he dicho."
- Marcos 16:7: "Pero id, decid a sus discípulos, y a
Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os
dijo."
- Mateo 28:10: "Entonces Jesús les dijo: No temáis; id,
dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me
verán."
La
orden es inequívoca: "Id a Galilea". No a Jerusalén, el centro
religioso y político donde se había consumado su crucifixión. Sino a Galilea,
la región de los gentiles, la cuna de su ministerio, el lugar donde muchos de
ellos habían sido llamados por primera vez. Esta es más que una dirección
geográfica; es una profunda verdad espiritual.
Regresando a Nuestra Propia
"Galilea".
Hermanos,
estas palabras no son solo para los discípulos del primer siglo; son para ti y
para mí hoy. ¿Qué nos enseña este mandato de ir a Galilea?
1.
El
Llamado a Volver a los Fundamentos: Galilea
representaba el inicio, la simplicidad de la fe antes de la complejidad y la
tragedia. A menudo, en nuestra vida cristiana, nos enredamos en preocupaciones,
dudas o incluso en la rutina religiosa. El Señor nos invita a regresar a
nuestra "Galilea", a ese primer amor, a la pasión y la sencillez de
cuando conocimos a Cristo. Es un llamado a recordar el por
qué y el para qué fuimos llamados. ¿Dónde
fue la primera vez que el Señor se manifestó a ti de una manera poderosa?
¡Vuelve allí!
2.
Un
Lugar de Restauración y Reencuentro: Para Pedro,
la mención específica en Marcos 16:7 ("y a Pedro") es conmovedora.
Después de su triple negación, uno podría esperar el ostracismo(*), Pero Jesús lo
llama, explícitamente, a Galilea. Este es un lugar de gracia, de perdón. Para
el discípulo que ha fallado, para el que se siente indigno, para el que ha
tropezado, Jesús te espera en tu "Galilea" para restaurarte, para
reencontrarte contigo, no con reproches, sino con amor incondicional. ¿Te
sientes apartado, fallido? El Señor te espera en ese lugar donde te llamo
primero y donde derramo su misericordia contigo. (*)=
3.
Galilea:
El Punto de Partida de la Gran Comisión: Fue en
Galilea (como leemos en Mateo 28:16-20) donde el Señor Resucitado se encontró
con sus discípulos y les dio la Gran Comisión. "Id, y haced discípulos a
todas las naciones". Nuestra "Galilea" no es solo un lugar de
consuelo, sino también de empoderamiento. Es donde somos re-comisionados para
el servicio. Después de la restauración, viene la misión. El Señor nos llama a
un lugar de renovación para que, fortalecidos, podamos ir y proclamar las
buenas nuevas. No podemos dar lo que no tenemos, por eso es importante
reencontrarnos con él para poder ser efectivos en la misión.
El mandato de ir a Galilea encierra una gloriosa promesa: "allí me veréis". El Señor no nos envía a un lugar desolado, sino a un encuentro con Él mismo. En medio de nuestras incertidumbres, de nuestras fallas, de nuestras rutinas, Él nos llama a un lugar de encuentro donde Él se revela de nuevo, donde nos restaura, y donde nos equipa para su propósito.
No temáis. Id a vuestra Galilea, allí donde el Señor os espera para renovar vuestra fe, para sanar vuestras heridas, y para enviaros con poder. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
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