miércoles, 16 de julio de 2025

Tres visiones de la tormenta, Mateo 14:22–33. txt .mp3 no. 99.

Jesús en la Tormenta: Fe que camina sobre el miedo.

    Una de las escenas más impactantes de los evangelios es aquella en la que Jesús camina sobre las aguas en medio de una tormenta. Esta narrativa no solo revela el poder de Cristo sobre la creación, sino también el proceso formativo de la fe en sus discípulos. En Mateo 14:22–33, encontramos una lección profunda sobre confianza, duda y la presencia salvadora de Jesús.

    Este pasaje ocurre después del milagro de la multiplicación de los panes y los peces (Mateo 14:13–21). Jesús envía a los discípulos al otro lado del mar de Galilea mientras Él se retira a orar solo en la montaña (v. 23). Este es un patrón revelador: Jesús ministra, luego ora, y luego vuelve a intervenir en la vida de sus discípulos.

    El mar, en la cosmovisión hebrea, representaba el caos, lo incontrolable (cf. Génesis 1:2; Salmo 77:16). Que Jesús camine sobre él no es un truco sobrenatural: es una afirmación mesiánica. Es el Dios soberano dominando las fuerzas que el hombre teme.

    Hagamos una pequeña comparación de los relatos evangelísticos; Este evento se narra también en: Marcos 6:45–52 y Juan 6:16–21. Ambos evangelistas destacan la soberanía de Cristo, pero sólo Mateo incluye el episodio de Pedro caminando sobre el agua, lo que sugiere una intención pastoral dirigida a una comunidad de discípulos en formación (probablemente judeocristiana), que enfrentaba desafíos reales a su fe.

  • Marcos, enfatiza que los discípulos "no habían entendido lo de los panes" y sus corazones estaban endurecidos (Mc 6:52). Su enfoque está en la incredulidad y la sorpresa, no tanto en el aprendizaje.
  • El evangelista Juan nos relata una historia más breve. Muestra a Jesús acercándose con poder y declarando: "Soy yo, no temáis" (Jn 6:20). El énfasis está en la revelación de la identidad de Jesús.
  • Y Mateo nos muestra a un Jesús formador de fe: invita a Pedro a salir de la barca. Este relato es el único que destaca la fe personal, la duda, y el rescate. La historia no gira solo en torno a Jesús, sino también en la respuesta del discípulo.

    Veámos una modesta exégesis de Mateo 14:22–33: Verso 24: Los discípulos estaban “azotados por las olas”, y el viento era contrario. Es un símbolo del discipulado: obedecer a Cristo no exime del conflicto. Verso 25: Jesús se acerca “en la cuarta vigilia”, entre las 3 y 6 a.m. Él llega tarde según nuestros relojes, pero a tiempo según el  reloj del Reino. Verso 27: "¡Tened ánimo! Yo soy; no temáis." Esta frase evoca el nombre divino “Yo Soy” (Éxodo 3:14). No es solo consuelo; es una autorrevelación divina en medio de la crisis. Versos 28–31: Pedro pide caminar hacia Él. Y lo hace… hasta que pone su vista en el viento. La fe le sostiene, pero la duda le hunde. Aun así, Jesús lo toma de la mano inmediatamente. Este es el centro teológico: la gracia sostiene incluso al que duda (cf. Judas 1:22–23). Verso 33: Los que estaban en la barca le adoraron y dijeron: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”. Este es el clímax teológico. No es solo una historia de peligro superado; es una epifanía del Mesías. La fe nace en el asombro ante su identidad.

    Este relato es un espejo para todo discípulo de hoy:

  • La barca representa nuestras zonas de aparente seguridad, pero Jesús nos llama a salir de ellas.

  • El viento contrario son las realidades que desafían nuestra fe.

  • Caminar hacia Jesús implica riesgos, pero es el único camino hacia una fe madura.

  • La duda no cancela el llamado, y el fracaso no termina el discipulado.
  • Jesús no solo calma la tormenta: camina con nosotros en medio de ella.

    En conclusión podemos decir que Mateo 14:22–33 no es simplemente un relato de milagro, sino un aprendizaje sobre la fe en acción. Nos enseña que Jesús no es solo digno de admiración desde la barca, sino de confianza fuera de ella. Nos llama a caminar sobre el agua, no porque el viento haya cesado, sino porque Él está presente. Y cuando la fe flaquea —porque inevitablemente lo hará—, Él extiende su mano, nos levanta y nos forma. Así, llegamos no solo al otro lado del mar, sino a un nivel más profundo de adoración y conocimiento del Hijo de Dios.

    Y tu ya sabes que visión tienes en medio de tus tormnetas? Decidete hoy a salir de tu barca y caminar sobre las olas de tus problemas y ven a un encuentro cercano con tu Señor! Amén.

Esta sección tiene como meta, presentar información oportuna, interesante y hasta curiosa para el
 conocimiento sobre Dios y tu futuro eterno. 

                      

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