Sta Cruz, Tenerife, 19/09/10.
La Orotava, Tenerife, 26/09/10.
El desierto.
El desierto representa no solo un lugar de soledad y
escases sino de peligros amenazantes. En la palabra de Dios el desierto pudiera
representar entre otras cosas: Prueba,
David huyendo de Saúl se refugió en
el desierto para esconderse de su enemigo; Soledad, El salmista en el salmo 102 hablando proféticamente del
Señor lo representa como el pelicano en el desierto; Tentación, El Señor
fue llevado al desierto para ser tentado en medio de fieras según Marcos.
En el caso de Israel esta fue llevada al desierto por 40
años antes de entrar a la tierra prometida.
¿Por qué Dios nos lleva al
desierto?
Para glorificarse y que Dios sea honrado en nosotros.
ExoDO 13:17Y luego que
Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los
filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el
pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. 18Mas hizo Dios que el pueblo rodease
por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de
Egipto armados. 19Tomó
también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los
hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis
huesos de aquí con vosotros.c
20Y partieron de Sucot y
acamparon en Etam, a la entrada del desierto. 21Y
Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el
camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que
anduviesen de día y de noche. 22Nunca se apartó de delante del pueblo
la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
La
estrategia divina. En el primer día de viaje Israel llegó a Sucot ,
un lugar todavía dentro del territorio de Egipto. El segundo día llegó a Etam,
que probablemente era una fortaleza egipcia situada en los límites territoriales,
al este de Sucot. Desde este punto es imposible trazar la ruta con certeza,
aunque se sabe que dejaron a Egipto desde el norte y fueron al desierto de Shur.
La Ruta de Israel, Después de describir el
acto de redención de parte de Dios, el autor narra el viaje desde Egipto hasta
el monte de Sinaí. La primera etapa tiene que ver con los eventos que
ocurrieron a lo largo de su marcha hacia el mar.
Dios no guió a Israel hacia la tierra prometida por
el camino más corto. Los
llevó por una ruta mucho más larga que atravesaba el
desierto. No los guió por
el camino corto, ya que de ser así, hubieran tenido
que pasar por la tierra de
los filisteos y hubiera sido necesario enfrentarse a
ellos. Los israelitas aún no
estaban listos para la guerra. Es probable que al
darse cuenta de la posibilidad
de presentar batalla, hubieran optado por regresar a
Egipto antes que
enfrentarse a un pueblo guerrero. Necesitaban más
tiempo y experiencia en
el desierto antes de estar listos para tales
hostilidades (13:17–18). Después
de los años de lucha para sobrevivir en el desierto,
estarían mejor preparados
para pelear y tomar posesión de la tierra prometida.
Posibles razones por las que Dios escogió este
camino:
a.- Como
dice el pasaje para librarlos
de los Filisteos y que el desanimo los hiciera querer volver, no estaban
preparados anímicamente aun para pelear.
b.- Para que
ellos pudieran apreciar de primera mano la poderosa mano de su Dios al abrir el mar Rojo, exterminando
así para siempre a sus enemigos.
c.- Esta era la
ruta que pasaba por el desierto del Sinaí donde se encontrarían con su Dios en
el monte santo.
Por qué Dios nos lleva al
desierto?
Para hablarnos.
Ose 2:14Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a
su corazón. 15Y le daré
sus viñas desde allí, y el valle de Acora
por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y
como en el día de su subida de la tierra de Egipto. 16En aquel tiempo, dice Jehová, me
llamarás Ishi (marido),5 y nunca más me llamarás Baali (Señor).6
Israel no podía comunicarse con Dios en Egipto, y
Dios no podía captar la atención de su pueblo en Egipto, estaban demasiado
ocupados en la esclavitud sirviendo a un dios extraño.
El versículo dice:
"14 Pero he aquí que yo la atraeré”..."Solidaridad”.
Eso nos muestra la identificación de Dios para con Israel no iba a estar
sola allí, Dios la acompañaría. El se acercaría a ella para protegerla, como lo
hace con nosotros en medio de nuestras tribulaciones. No estamos solos en medio
de la tormenta.
Cortejo. Jehová
atrajo de nuevo a su pueblo al desierto, el lugar donde iniciaron su relación
matrimonial (vv. 14–15). Haciendo esto, Dios
sedujo o cortejó a su pueblo para reiniciar el disuelto matrimonio. A la vez,
el desierto es el lugar de disciplina, escasez y duro trato, para aleccionar y
purificar a un pueblo rebelde y contradictor. Este re casamiento se advierte
también en el hecho de que Israel llama a Dios, Ishi, “mi esposo”, y ya
no con el nombre de los ídolos que antes servía, Baali “mi Señor”. Este
repudio de la idolatría por parte de la nación, que es el principal tema de
controversia del libro, es indispensable para que su relación con Dios sea como
debe ser (vv. 16–17).
"...y hablaré a su corazón. "Sociego. La consecuencia en la maravillosa gracia de Dios es:
que le habla al corazón, es decir, cariñosamente; véase Rth_2:13. Tan
obstinada es ella, que Dios tiene que “halagarla,” eso es, moderando así el
juicio con gracia inesperada como para ganarla y volverla a sus caminos. Para
este propósito fue necesario “llevarla al desierto” (es decir, sujetarla a
necesidades y pruebas temporales) primeramente, para hacer que le fuese
aborrecible el pecado, por sus frutos amargos, y que le fuese tanto más
preciosa la subsecuente gracia de Dios por el contraste con el “desierto.”
Jerónimo hace del “llevarla al desierto” más bien un libramiento de sus
enemigos, así como el antiguo Israel fue llevado al desierto desde el
cautiverio de Egipto; a esto alude la frase aquí (véase v. 15).
El morar en el desierto, sin embargo, no es literal,
sino en sentido moral; mientras todavía se hallen en el país de sus enemigos
localmente, por la disciplina de la prueba, que les ha de hacer dulce la
palabra de Dios, van a ser llevados moralmente al desierto, es decir, a un
estado de preparación para retornar a sus privilegios espirituales y temporales
en su propia tierra; así como el desierto literal preparó a sus padres para
entrar en Canaán, de modo que el llevarlos el desierto es virtualmente
librarlos de sus enemigos.
"Dios nos ama tanto que está dispuesto a permitir el sufrimiento y la prueba, para que nos acerquemos a Él. ¿Porque pasar por el desierto de la desobediencia, si podemos disfrutar del oasis de su presencia, en obediencia?
S.A.S.P.
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