La Orotava, Tenerife, 09/09/2012.
Moisés es el hombre de los encuentros:
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Encuentro con sus
hermanos en Egipto. Exo 2:11 En aquellos días sucedió que crecido ya
Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de
los hebreos, sus hermanos. Exo 2:12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.
Moisés tuvo un encuentro con su propia maldad pecaminosa, matando al egipcio, equivocando el método que Dios usaría para liberar al pueblo de Israel. El comportamiento de Moisés reflejaba, lo que había aprendido en Egipto que como sabemos representa el mundo con todas sus vanalidades. Este encuentro representaría el comienzo del camino hacia la reconciliación de Moisés con Dios asi como el de todo ser humano. Debemos reconocernos pecadores delante de nuestro creador.
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Encuentro con Dios en el
Monte Horeb-Sinaí. Exo 3:4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y
dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió:
Heme aquí. Exo 19:3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
Cuando hablamos de Sinaí hay que aclarar que esta palabra tenía relación con tres referencias geográficas:
1. La Península de Sinaí,
2. El desierto de Sinaí.,
3. Monte Sinaí. Aunque se denomina así toda la parte granítica y montañosa de la zona meridional, en particular con este nombre y con el de Horeb se denomina a uno de los más importantes macizos de la región. Probablemente debe ser identificado con el monte que los árabes llaman Gebel Musa (monte de Moisés). Nelson, W. M., & Mayo, J. R. (2000, c1998). Nelson nuevo diccionario ilustrado de la Biblia. Aquí fue donde Moisés se despojó de su calzado en su primer encuentro con Dios; En este monte Dios le entrego las tablas de la ley (Exo 19:11-25); Es llamado el monte de Dios "Horeb" (Ex 4:27, Dt 1:6); Se le llama "monte de Parán" (Dt 33:2). Asi que para nuestro caudillo Moisés este era el encuentro de redención, de liberación, aquí conocería a un Dios real y transformador, pero al mismo tiempo sería el encuentro, aunque posteriormente, de su encomienda al servicio como interlocutor entre Dios y su pueblo.
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Encuentro con Dios en el
tabernáculo Num 7:89 Y cuando entraba Moisés en el
tabernáculo de reunión, para hablar con
Dios, oía la voz que le hablaba de
encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con él.
Aunque Aron era el único que tenía acceso al lugar
santísimo, una vez al año y no sin sangre, no era el único al que Dios hablaba
desde este lugar el santísimo. Moisés conversaba con Dios desde el
propiciatorio. Era en este lugar donde Jehová se encontraba
con su pueblo representado por Aron, sino que El transmitía sus propósitos a su
pueblo por medio de Moisés su siervo. Es cierto que podemos encontrarnos con
Dios en cualquier lugar, Dios es
omnipresente y solo se revelará a aquellos que le temen. Dios no oye a los
pecadores pero si alguno es temeroso de El a este oye.
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Encuentro personal en su
muerte con Dios en el monte Nebo. Deu 34:1 Y subió Moisés de los
campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó. Y le mostró Jehová toda la
tierra de Galaad hasta Dan, Deu 34:5 Y murió allí Moisés
siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme a la palabra de Jehová. Deu 34:6 Y lo
enterró en el valle, en tierra de Moab,
enfrente de Bet-peor; pero ninguno sabe dónde está su sepulcro hasta hoy.
En este lugar montañoso Moisés es llamado siervo de Jehová, atrás habían quedado 120 años de su vida de las que dedicó las dos terceras partes, a un pueblo rebelde y contradictor. Pero al mismo tiempo entregado a la tarea y servicio de un Dios fiel y amante. Este es el encuentro personal con su Dios en el día de su muerte. Moisés estaba preparado, había hecho los deberes. Y Dios mismo escogió el lugar donde le enterraría, ocupándose de él hasta el día de su fin en esta tierra. Nuestro Dios es fiel y ha prometido estar con nosotros hasta el fin.
Cabe la pregunta: ¿Tengo
yo un lugar de encuentro con Dios en su casa, y no me refiero a la iglesia,
sino al templo del E. Santo en ese lugar de encuentro? Moisés lo tenía y vaya
que lo tenía! Dios mora en mi desde que creí en El, pero tengo un
hábito de encontrarme con El. ¿Y tu has tenido un encuentro inicial como lo tuvo Moisés, o sigues en Egipto, evadiendo el encuentro con tu Creador? Encuentrate con Él hoy de lo contrario tendrás que hacerlo a la fuerza y para condenación en el día postrero.
S.A.S.P.
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