viernes, 21 de septiembre de 2012

Cristo nuestro precursor.


La Orotava, Tenerife,  17/10/2010.


Cristo nuestro precursor.

Heb 6:20  donde Jesús entró por nosotros como precursor,  hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.       Mat 11:10  Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz,  El cual preparará tu camino delante de ti.
            PRECURSOR: prodromos (πρόδρομος, 4274), adjetivo que significa corredor delante, que va por delante. Se utiliza como nombre, de aquellos que eran enviados por adelantado para reconocer el terreno, actuando como exploradores, especialmente en campañas militares; o de uno enviado con vistas a la llegada de un rey, para cerciorarse de que el camino estaba dispuesto (Isa 40.3); y. En el NT se dice de Cristo en Heb 6.20, como el que va por delante de sus seguidores, que han de estar donde Él está cuando venga a recibirlos a sí mismo. Diccionario VINE.
Juan el bautizador fue un precursor preparando el camino al Mesías (Mat 11:1), pero su ministerio era limitado solo al ir por delante del Señor Jesucristo y nadie más. El preparó el camino como heraldo del Rey que vendría. Era un precursor con limitaciones, solo iba por delante de una sola persona, Jesucristo.
Aarón era un precursor del pueblo de Israel, cuando entraba al lugar santísimo en el día de la expiación, pero su función de ir por delante del pueblo como representante era también limitada, nadie le podía acompañar y mucho menos seguir ni siquiera a sus espaldas. Su función era de mediador ante Dios en el lugar santísimo, solo se limitaba al pueblo de Israel, solo representaba a una nación.
Pero el autor a los  Hebreos usa una palabra muy expresiva acerca de Cristo. Dice que entró en la presencia de Dios como nuestro Precursor (la palabra nuestro no aparece en los manuscritos originales). La palabra griega es prodromos. Su significado pasa por tres etapas:

 (i) Quiere decir uno que se apresura.
(ii) Un pionero.
(iii) Un explorador que se adelanta para ver si el terreno está bien para que         puedan avanzar las tropas.

Jesús entró en la presencia de Dios para que todos los seres humanos le pudieran seguir a salvo. Vamos a decirlo más sencillamente de otra manera. Antes de que viniera Jesús, Dios era lejano, distante al que muy pocos judíos se podían acercar a riesgo de sus vidas. Pero, gracias a lo que Jesús ha hecho en la cruz por su muerte, Dios es ahora un Dios accesible y cercano a todo el que le buscan. Hubo un tiempo en que la gente pensaba que Dios les tenía cerrada la puerta; pero ahora sabemos que la puerta está abierta, y quiere que entremos por ella, para encontrarnos con Él como nuestro Padre celestial. comentario W.Barclay
Heb 6:20. Como precursor por nosotros (a nuestro favor), Jesús entró (y allí queda aún; como expresa el adverbio hupou, “donde”). El “por nosotros” denota que no fue por sí mismo como Dios, que debiese entrar allá, sino como nuestro Sumo Sacerdote, para representarnos y presentarnos a nosotros, sus seguidores, abriéndonos el camino, por su intercesión con el Padre, como el sumo sacerdote Aarónico entraba en el santísimo una vez al año para hacer propiciación por el pueblo.
Generalmente el “precursor” tiene menor importancia que la persona o personas para las que está preparando el camino. Ello ocurría con los corredores que precedían a los carros de los reyes (1 S. 8.11; véase * Hombres de a pie); también fue este el caso con Juan el Bautista y con los mensajeros enviados por Jesús para preparar su entrada en las aldeas de Samaria (Luc. 9.52). Pero con Jesús mismo, quien por nosotros entró a través del velo en el lugar santísimo, y se convirtió en nuestro sumo sacerdote, ocurre lo contrario. Como Cabeza suprema de la iglesia, él se ha adelantado, para que sus hermanos puedan seguirlo en el momento oportuno. Jesús aclaró a sus seguidores que este fue uno de los propósitos principales de su partida hacia el Padre, cuando en el aposento alto les dijo que iba a preparar lugar para ellos en las muchas moradas de la casa de su Padre (Jun. 14.2–3). Es verdad que los cristianos ya tenemos libertad para entrar en el cielo confiadamente por la sangre de Jesús (He. 10.19), y que Dios ya los ha resucitado y hecho sentar en lugares celestiales con Cristo (Ef. 2.6). Por medio de la oración, pueden los creyentes ascender, en corazón y mente, hasta su Señor, y con él morar continuamente: Pero, dado que Jesús es su precursor, tienen la seguridad de que un día ellos mismos entrarán en el cielo como lo ha hecho él, y disfrutarán de la gloria que ya disfruta él. Cristo los tomará a sí mismo, para que donde él está, también ellos estén (Jn. 14.3). “El Precursor es también el Camino por el cual, después de un largo andar en sus huellas, la iglesia toda llegará finalmente a la casa del Padre.”R.V.G.T.R.V.G.T. R. V. G. Tasker, M.A., D.D., ex Profesor de Exégesis del Nuevo Testamento, Universidad de Londres, Inglaterra.
El precursor efectivo, que pertenece a una orden especial (la de Melquisedec) ya está en el cielo preocupándose por nosotros. “Precursor” significa pionero, y sugiere que otros le han de seguir. El sumo sacerdote levítico no entraba en el santuario como precursor, sino tan solo como representante del pueblo. Estos últimos podían entrar en el atrio exterior, pero jamás en el santuario. Además, así como Juan el Bautista fue el precursor del Señor aquí en la tierra, el Señor es nuestro precursor en el cielo, y prepara el camino para que nosotros lo sigamos allí.
            Según algunos expertos en el idioma griego original, la palabra “precursor” también se refería a la costumbre de algunos barcos que estando fuera de la entrada al puerto, y ante la dificultad de entrar en el mismo por el oleaje o viento, bajaban un bote pequeño al agua y luego el ancla era llevada por ese bote dentro del puerto, hasta el anclaje seguro. El que conducía ese bote era conocido como precursor. Vemos un ejemplo bíblico de esto en Act_27:30: “echando el esquife al mar, aparentaban como que querían largar las anclas de proa.” Así, el Señor ha llevado el ancla con El “dentro del velo” para asegurar el barco de nuestras vidas. Comentario Biblico del Continente nuevo Hebreos.

Somos seguidores: Luc 9:52  Y envió mensajeros delante de él,  los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Sus discípulos recibieron de manera práctica esta encomienda de precursores. Cuando en muchas ocasiones iban delante de Él para hacer los preparativos en alguna aldea, donde entraría después. La encomienda espiritual la recibieron cuando el Señor ascendió al cielo Hch 1:8  pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos, a la vez, en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Los apóstoles cumplieron fielmente este mandato de ir delante, anunciando al que vendrá después, con poder y majestad. ¿Y nosotros, somos precursores, anunciando a la gloriosa persona de nuestro Rey triunfante? Que ya no vendrá como un cordero sufriente, sino como el león de la tribu de Judá que no dará un paso atrás. Seamos pues precursores y no solamente simples seguidores. En cierto modo los creyentes, al igual que Juan y Aarón somos precursores, aunque limitados, estamos llamados a preparar el camino a los que vendrán después de nosotros. No para que nos sigan a nosotros, sino a aquel que nos abrió el camino nuevo y vivo. Jesucristo mismo.


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