La Orotava, Tenerife, 22/07/2012.
Efecto de los milagros del Señor.
Lectura:
Juan 2:11; 23-25; 3:1-2.
Introducción:
En el ministerio público del Señor
vemos claramente que una de las manifestaciones palpables que sus seguidores
podían apreciar de él eran sus milagros y
señales; Realizados, en la mayoría de los casos públicamente. Sin lugar a duda
la razón de esta manifestación palpable era crear un efecto contundente en cada
uno de sus observadores. En algunos
grupos este efecto fue de confirmación para los que realmente confiaban en su
persona como el Mesías prometido, en otros sin embargo confirmaba la poca base
de la fe de aquellos que solo le buscaban para saciar sus apetitos egoístas y
materiales.
Los milagros realizados por el Señor
evidentemente que tenían resultados palpables como lo detallan las siguientes
referencias:
a.- Arrepentimiento. Mat_11:20
Entonces comenzó a reprender a las ciudades en las cuales había hecho
muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido…
b.- Seguimiento. Jua_6:2 Y le
seguía una gran multitud, porque veían los milagros que hacía en los enfermos.
c.- Credulidad. Mt
13:58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Y es a este último propósito al que
quisiera con la ayuda del Señor hacer referencia en esta meditación.
Tres
grupos donde los milagros del señor causaron efectos.
1.- Sobre sus discípulos:
Jn 2:11 Este principio
de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus
discípulos creyeron en él.
Este es el primer milagro, que el
Señor realiza en el comienzo de su ministerio público, la cercanía de los
discípulos con su maestro variaba entre ellos, unos habían estado mas tiempo
con el Señor que otros, unos habían sido llamados primero otros más tarde. Así
que este milagro consolidaba uniformemente a todos de quién era realmente a
aquel al que habían comenzado a seguir.
En la boda donde se realizó este
milagro, no solo estaban sus discípulos, Juan nos narra que también estaba con
Jesús su madre y sus hermanos (Jn 2:12),
pero Juan solo resalta el hecho de que solamente sus discípulos creyeron
en él. El milagro fue observado por todos, pero la decisión fue personal y está
fue tomada por los discípulos.
2.- Sobre muchos:
2:23 Estando
en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
Estos muchos que nos menciona Juan en
su evangelio, creyeron después de ver aquellas señales irrefutables que el
Señor había hecho, no les quedó otra cosa por hacer que creer, la verdadera fe
es aquella que confía en Dios sin ver. A los que creen sin haber visto el Señor
les llama bienaventurados (Jn 20:29). Sin embargo se nos dice en Juan 2:24 Pero Jesús mismo
no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 2:25 y no tenía
necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.
Si no fuera por los versículos que
siguen, nos quedaría dudas, en relación del creer de estos muchos, pero Juan
aclara aquí que el creer de estos no era la fe que el Señor esperaba de sus
oyentes. El Señor conoce nuestro corazón y nuestra sinceridad a la hora de confiar
en su persona. Esta palabra "fiaba" que describe Juan del Señor es el mismo verbo creer,
en otras palabras se nos dice que el Señor no creía en el creer de ellos.
En estos dos grupos de personas
descritos aquí el efecto de los milagros del Señor es sutilmente parecido, de
hecho Juan usa el mismo verbo para describir el creer en ambos casos. (G4100 – pisteuo
- πιστεύω), gracias al detalle que el escritor destaca de la
omnisciencia del Señor no veríamos diferencia alguna. Pero hay una frase casi
imperceptible y es la que hace la diferencia de en quién estos grupos habían depositado su
confianza.
Fijémonos en relación con el primer
grupo: los discípulos se nos dice que "creyeron en él" en Jn 2:11,
pero cuando se refiere a los muchos del vrs. 23 se nos dice "creyeron en
su nombre". De este modo Juan deja muy en claro que lo importante no es
creer, de hecho se nos dice en Stg 2:19
que los demonios creen y tiemblan, por cierto tanto Juan como Santiago usan el
mismo verbo en griego para describir el creer de los demonios y de los dos
grupos que hemos considerando hasta aquí. Lo verdaderamente importante es en
quién estamos depositando nuestra confianza, en la persona de Jesucristo el
hijo de Dios y omnipotente salvador de la humanidad? o meramente en un nombre al
que cualquiera puede mencionar.
3.- Nicodemo:
Jn 3:2 Este
vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios
como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no
está Dios con él.
En
Nicodemo encontramos tres (3) cualidades dignas de destacar:
a.- La primera es que era religioso,
en el versículo 1 de este capítulo 3 se destaca que
pertenecía al grupo de los fariseos,
estos eran hombres apartados en santidad para Dios, eso era lo que significa la
palabra fariseo, aunque muchos de estos no vivieran tal vida, en Nicodemo vemos
un interés diferente al resto de sus compañeros. Este vino a Jesús para
reconocerlo como maestro, aunque esto no era suficiente ante el Señor.
b.- Nicodemo era un principal entre los
judíos, en otras palabras era de una posición social elevada, tenía dinero, era
rico. Era un dirigente religioso influyente en la sociedad Judía.
c.- Y
por último este hombre era un intelectual, en el versículo 10 el
Señor le dice: eres tu el maestro de Israel. (versión original). Nicodemo no
era un maestro de primaria, o de instituto ni universitario. El era maestro de
maestros.
Con todas estas cualidades el efecto
que los milagros del Señor habían causado en el era de mero conocimiento. Las
primeras palabras que le dice al Señor es: sabemos, un mero conocimiento
intelectual, que a medida que se desarrolla la conversación entre el y el señor
lo que produce en el son más preguntas., ¿Cómo puede nacer un hombre siendo
viejo?, ¿Cómo puede hacerse esto?
A los halagos de Nicodemo al Señor, él
le responde con uno de los dos temas de este capítulo: "el nuevo
nacimiento". Nicodemo era el
maestro de Israel y no sabía como nacer de nuevo. Este tema no es exclusivo del
N.T. Ya en la antigüedad Dios había mencionado a Israel la necesidad del nuevo
nacimiento. Leamos es (Ezequiel 36:22-27). 26 Y
os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de
carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y
haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis juicios y los pongáis por
obra.
El Señor menciona este tema en tres
ocasiones, relacionando las dos primeras con el reino de Dios y cada una de
ellas con dos acciones diferentes: ver y entrar. La tercera en relación con el
viento hablando de su origen indefinido:
a.- vrs. 3
"el que no naciere de nuevo, no puede ver, el reino de Dios".
Todos
nacemos físicamente una vez, pero no todos, aunque todos podemos, han nacido
por segunda vez, en el nacimiento espiritual.
b.- vrs. 5 "el que no naciere de agua
y del Espíritu, no puede entrar, en
el reino de Dios".
El agua
puede referirse al nacimiento físico. Los hebreos usaban términos como «agua» y
«gota» para describir el nacimiento natural, y como tal, la explicación
responde al contexto. Sin embargo, algunos ven aquí una referencia a la fe que
se expresa en el bautismo del agua (no «para» la salvación sino «a causa de»
ella), siendo precursor Juan el Bautista.
c.- vrs. 8 "así es todo aquel que es
nacido del Espíritu".
La misma
palabra griega (Pneuma) se traduce Espíritu
en este vers. Los efectos del viento como del Espíritu son
sentidos por el humano, pero no están bajo su control ni son de su comprensión.
Los judíos pensaban que la entrada
del reino se ganaba solo con el hecho de ser descendiente de Abraham, hacer
buenas obras y cumplir con los ritos religiosos del judaísmo. La insistencia
del Señor en este tema revela la urgencia que tenía Nicodemo de entender que
faltaba una acción espiritual, la regeneración, el nacer de nuevo, para tener
acceso al reino.
El segundo tema que el Señor trata
con el maestro de Israel es la muerte del Mesías. y para esto el Señor usa un símil
relacionando este hecho con la serpiente de bronce que levantó Moisés en el
desierto. El Señor lleva a Nicodemo al centro de discusión que debería tener la humanidad, su relación con la obra que Cristo hizo en la cruz.
Y tu ¿Qué crees? a un nombre o a una persona (Jesucristo); Te aferras a los ¿milagros? o al hacedor de ellos. Los hermanos del Señor creyeron en Él posteriormente, así como Nicodemo. ¿Y tú?
(Haz clic sobre las referencias bíblicas para leer el versículo completo).
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