En la narrativa bíblica, pocos votos son tan singulares y contraculturales como el Nazareato descrito en Números 6. En una sociedad que se regía por la vida comunitaria de Israel y por la adoración en el tabernáculo, este voto representaba un acto voluntario de separación total para Dios. No era una obligación impuesta a todos, sino un compromiso personal y especial de entrega que transformaba el estilo de vida del que lo hacía.
El eminente escritor John Lennox suele resaltar que la fe bíblica no se reduce a una teoría religiosa, sino que involucra compromisos prácticos y visibles. Así ocurre con el Nazareato: era una fe que se veía, olía, y hasta se notaba en el aspecto físico externo.
1. El voto del Nazareato: contexto y significado.
La palabra hebrea para “nazareo” es נָזִיר (nazîr), que significa separado, consagrado, dedicado. En el texto, el voto incluía tres elementos clave:
- Abstinencia de productos de la vid (Números 6:3-4). Implicaba no beber vino, sidra, ni comer uvas o pasas. El vino era símbolo de alegría y celebración (Sal 104:15), por lo que la abstinencia señalaba una renuncia a placeres legítimos para enfocarse en Dios.
- No cortar el cabello (Nm 6:5). El cabello largo era una señal externa de su consagración. El término hebreo perá (פֶּרַע) implica dejar crecer algo sin restricción; aquí, como símbolo de un tiempo de dedicación exclusiva.
- Evitar contacto con muertos (Nm 6:6-7). El tamé (טָמֵא, “impuro”) no era sólo un concepto ritual, sino una imagen de separación de todo lo que representa muerte y corrupción.
2. El Nazareato y el Nuevo Testamento.
En el NT, el voto de Nazareato no aparece como un mandato para la iglesia, pero sí encontramos referencias y principios. Juan el Bautista: Lucas 1:15 dice que no bebería vino ni sidra; su vida era de separación total para preparar el camino del Señor. Pablo: En Hechos 18:18 y 21:23-24, se menciona que participó en votos que probablemente tenían elementos nazareos. Jesús: Aunque no fue nazareo en sentido estricto (bebió vino, Mateo 11:19), Él encarnó la consagración perfecta que el Nazareato prefiguraba.
El griego del NT usa ἁγιάζω (hagiazō, “santificar, apartar para uso sagrado”) para describir nuestra posición en Cristo (Juan 17:17; 1 Tes 5:23). Así como el nazareo era apartado visiblemente, el creyente es llamado a ser apartado espiritualmente.
3. Exégesis y aplicación para el cristiano de hoy
El voto de Nazareato, aunque culturalmente específico, encierra principios eternos:
- Separación voluntaria: El Nazareato era opcional (Nm 6:2). En el NT, la santidad no es opcional, pero sí hay un llamado voluntario a grados más profundos de entrega (Romanos 12:1-2).
- Renuncia a lo legítimo: No todo lo que se deja es pecado; a veces se renuncia a algo bueno para ganar algo mejor (Fil 3:7-8).
- Identidad visible: El cabello largo del nazareo era una señal pública; hoy, nuestra “señal” es el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
- Pureza radical: Evitar el contacto con muertos apuntaba a evitar la muerte espiritual; en Cristo, esto implica apartarnos de todo lo que contamina cuerpo y alma (2 Cor 7:1).
El Nazareato es una protesta silenciosa contra una vida centrada en sí misma. En un mundo donde “yo decido” es el lema, el nazareo decía: Dios decide. El creyente genuino a día de hoy debería decir lo mismo.
Este voto apuntaba a algo mayor: el día en que Dios mismo se separaría para nuestra salvación. En Jesús encontramos el cumplimiento: Él es el verdadero que ha sido apartado, el Nazōraios (Ναζωραῖος, “de Nazaret”, pero también con resonancia de nazîr). En Él, no hacemos votos para ganarnos a Dios, sino que vivimos consagrados porque ya somos Suyos.
El Nazareato en Números 6 no es una reliquia del pasado, sino un espejo que refleja el corazón del discipulado cristiano: separación, renuncia y entrega total. En Cristo, somos llamados a vivir no bajo un voto temporal, sino bajo un pacto eterno y voluntario, donde cada día es un acto de adoración.
La pregunta que nos queda es: ¿Qué “vid” debemos dejar, qué “cabello” debemos dejar crecer, y qué “muertos” debemos evitar para vivir apartados para Dios en medio de un mundo que lo ignora?
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