martes, 5 de agosto de 2025

¿Conoces a Cristo en su totalidad? El Apóstol Pablo te lo presenta: Filipenses 3:10 .txt no. 109

“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.”

— Filipenses 3:10 (RVR1960)

    Muchos cristianos anhelan una fe poderosa, pero pocos desean transitar el camino que conduce a esa profundidad. En Filipenses 3:10, el apóstol Pablo abre su corazón, revelando su mayor anhelo: conocer a Cristo plenamente. Esta declaración, escrita desde una prisión, desafía nuestras nociones de éxito espiritual y nos invita a una comunión radical con Jesús.

    Pablo escribe esta carta a los filipenses desde la cárcel, probablemente en Roma, alrededor del año 60-62 d.C. Filipos era una colonia romana con una iglesia leal, pero enfrentaba presiones externas e influencias judaizantes. En el capítulo 3, Pablo contrasta su antigua vida como fariseo, llena de credenciales religiosas, con la ganancia incomparable de conocer a Cristo (Filipenses 3:4-8).

    El versículo 10 forma parte de esa confesión íntima, donde Pablo afirma que todo lo ha estimado como pérdida por el valor supremo de esa relación.

    La expresión: “A fin de conocerle” encierra el verbo griego ginosko implica un conocimiento relacional, no solo intelectual. Pablo no busca saber sobre Cristo, sino vivirlo, experimentarlo (cf. Jeremías 9:23-24; Juan 17:3).

    "Es importante que nos fijemos en el verbo que usa Pablo aquí para "conocer". Es parte del verbo guinóskein (gr.), que casi siempre se refiere a un conocimiento personal. No es meramente un conocimiento intelectual, el conocimiento de ciertos hechos o principios. Es tener una experiencia personal de otra persona. Podemos ver la profundidad de esta palabra por su uso en el Antiguo Testamento. En él se usa conocer para expresar la relación más íntima entre marido y mujer. «Adán conoció a Eva su mujer; y ella concibió y dio a luz a Caín» (Gen_4:1 ). El verbo hebreo yada se traduce en griego por guinóskein (gr.). Este verbo indica el conocimiento más íntimo de otra persona".

  •     “Y el poder de su resurrección”: No se refiere solo al evento histórico, sino al poder actual del Cristo resucitado obrando en el creyente (Romanos 8:11; Efesios 1:19-20). Es poder para vencer el pecado, vivir en santidad y perseverar en la fe.
  •     Y la participación de sus padecimientos”:  Pablo no idealiza el sufrimiento, pero lo ve como una vía de comunión con Cristo. Koinonía en los padecimientos es compartir la vida del Salvador crucificado, siendo moldeados por la cruz (2 Corintios 4:10-11).

  •     Llegando a ser semejante a él en su muerte”:  Esta es una entrega radical: morir al ego, al orgullo, a toda justicia propia. Es una transformación progresiva hacia la imagen del Cristo crucificado (Gálatas 2:20; Romanos 6:5-6).

    En tiempos donde el evangelio se presenta a menudo como solución rápida o promesa de éxito, Filipenses 3:10 nos llama a una fe profunda y sacrificial. Conocer a Cristo no es solo recibir bendiciones, sino participar de su vida en plenitud: poder, sufrimiento, muerte, resurrección... y gloria.

    Este versículo nos invita a:

  • Anhelar intimidad real con Cristo.
  • Buscar poder espiritual para vivir en victoria.
  • Aceptar el sufrimiento como medio de formación.
  • Abrazar una vida cruciforme, rendida a Dios.

    Filipenses 3:10 no es una oración cómoda, pero sí muy gloriosa. Pablo nos recuerda que la meta del cristiano no es una vida fácil, sino una unión transformadora con Cristo. Conocerlo en todo —resurrección y cruz— es el camino a la verdadera vida. Disfrutas de esa vida plena y gloriosa?

Esta sección tiene como meta, presentar información oportuna, interesante y hasta curiosa para el
 conocimiento sobre Dios y tu futuro eterno. 

                      

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