sábado, 8 de diciembre de 2012

Himnos históricos: Sublime gracia, John Newton.



    John Newton (24 de julio de 1725 - 21 de diciembre de 1807) fue un autor inglés de himnos conocido sobre todo por el himno más conocido para la tradición angloparlante cristiana: "Amazing Grace" ("Sublime Gracia"). El autor de “Sublime Gracia” sabía de qué escribía. Solo la gracia divina lo pudo cambiar de un hombre duro y degenerado a un siervo útil de Dios. Nacido en Inglaterra,  perdió a su madre piadosa cuando era niño y lamentablemente no siguió su ejemplo de fe. Comenzó una vida de marinero a los once años, y con el tiempo, se dedicó a transportar esclavos del África.
    La primera parte de su vida, Newton fue comerciante de esclavos, actividad en la que se destacó por su crueldad y abyección, conductas de las que se arrepintió para convertirse en pastor protestante (llegó a clérigo anglicano) y escribir ése y muchos otros himnos. Amazing Grace es su obra más conocida, cantada por iglesias protestantes tales como la presbiteriana, la metodista y la bautista. Posteriormente este himno fue adoptado por la iglesia católica, eso sí, variando y desviando la letra original. A pesar de su pasado como negrero, fue un destacado abolicionista que luchó para erradicar de Inglaterra el comercio de esclavos.

    Cayó en una situación desesperante debido a los vicios, y en varias ocasiones Dios le libró milagrosamente de peligros en sus travesías por alta mar.

    A pesar de ello, Newton seguía resistiendo el llamado del Señor. Por fin, después de casi naufragar en una tempestad, se convirtió y su vida cambió radicalmente.
Llegó a ser pastor, y escribió “Sublime Gracia” como testimonio de la infinita bondad de Dios demostrada a lo largo de su vida.

    Algo que también debemos resaltar de la vida de John Newton es que antes el era ateo  y libertino, pero gracias a  la rica misericordia de nuestro Señor Jesucristo fue preservado, restaurado y perdonado.

    Inclusive, en la inscripción de su lapida figura la frase: “fui designado  para predicar la fe que durante mucho tiempo me había afanado en destruir”.



 Sublime gracia del Señor,
Que un infeliz, salvó.
Fui ciego mas hoy miro yo,
Perdido y Él me halló.
Su gracia me enseñó a temer,
Mis dudas ahuyentó.
¡Oh, cuán precioso fue a mi ser,
Al dar mi corazón!
En los peligros o aflicción
Que yo he tenido aquí,
Su gracia siempre me libró,
y me guiará feliz.
Y cuando en Sion por siglos mil
Brillando esté cual sol,
Yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.


Esta sección tiene como meta, presentar información oportuna, interesante y hasta curiosa para el
 conocimiento sobre Dios y tu futuro eterno. 

                                              


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1 comentario:

  1. Muy interesante y de provecho a nivel devocional, gracias Sergio! Pablo Rodríguez

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