En la Biblia, la duración de una generación no se presenta de forma fija, sino que varía según el contexto histórico, literario o simbólico en el que se usa el término. Aun así, podemos identificar tres enfoques principales según el uso bíblico, veámoslo a continuación:
1. Contexto temprano en el Antiguo Testamento — (libro del Génesis).
En los primeros capítulos de la Biblia (por ejemplo, las genealogías de Génesis 5 y 11), las generaciones se cuentan en los tiempos de los patriarcas, quienes vivían muchos años. Ejemplo: desde Adán hasta Noé o desde Noé hasta Abraham, los patriarcas vivieron entre 150 y 900 años. En ese contexto, una generación podía entenderse como unos 100 años o más, debido a la longevidad de los personajes. Véase también como referencias: Génesis 15:13, 16. > “...en la cuarta generación volverán acá…”. Aquí, Dios le dice a Abraham que su descendencia volverá a Canaán en la cuarta generación, lo que según Éxodo 12:40–41 equivale a unos 400 años, o sea aproximadamente 100 años por generación.
2. Contexto histórico (libros del Éxodo – Reyes – Crónicas).
En tiempos posteriores, cuando las vidas humanas eran más cortas, una generación se entendía más naturalmente como unos 40 años. Léase también cómo referencia: Números 32:13 > “Y se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los hizo andar errantes por el desierto cuarenta años, hasta que se acabó toda aquella generación...”. Aquí, una generación equivale a 40 años.
3. Contexto profético y poético (libros de los Salmos, Evangelios, Apocalipsis).
En los textos proféticos y sapienciales, “generación” a veces tiene un sentido moral o espiritual, más que cronológico. Por ejemplo, la frase “esta generación perversa” mencionada en (Mateo 12:39) se refiere a una época o grupo moralmente definido como perversa, no a un período de tiempo fijo. Sin embargo, algunos intérpretes proféticos (especialmente en escatología) siguen considerando una generación como aproximadamente 40 años, tomando como referencia el período del desierto.
El creyente debe vivir cada día con sentido de urgencia espiritual, sabiendo que pertenece a una generación que camina hacia el cumplimiento de las promesas divinas. > “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora” (Mateo 25:13). Cada grupo de creyentes debe actuar como si fuera la última generación, pero trabajar como si tuviera siglos por delante. Esto produce equilibrio entre esperanza activa y responsabilidad presente.
El genuino hijo de Dios que entiende que “su generación” está bajo el plan soberano de Dios, no teme el futuro ni las señales del fin, sino que las ve como recordatorios de que Cristo cumplirá lo que ha prometido. > “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28). Vivir preparado no significa vivir asustado, sino vivir en comunión constante con Dios.
Reconocer que el tiempo de gracia es limitado y recordar que cada generación recibe una oportunidad de arrepentirse. Así como la generación del diluvio ignoró la advertencia de Noé, o la del siglo I rechazó a Cristo, también hoy existe el riesgo de despreciar el llamado divino. > “Como fue en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37). El mundo debe entender que Dios es paciente, pero no indiferente. El tiempo de gracia es real y es hoy, pero este no será eterno.
    ¿Que visión tienes de esta generación que te ha tocado vivir? La está usando para Dios o solo para ti mismo? El llamado al arrepentimiento es para ti si aún no lo has experimentado. Dios quiere tener un encuentro personal contigo para darte salvación y vida eterna! Así como renovar tu fe para Su servivcio.

 
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