viernes, 13 de junio de 2025

Porque enseñaba Jesús en parábolas? Lc 8:9-10; Algunas propuestas.txt no. 88


¿Por qué en parábolas?
Los versículos 9 y 10 siempre han presentado problemas. Parece como si Jesús dijera que hablaba en parábolas para que la gente no le entendiera; pero no podemos creer que ocultara deliberadamente el sentido de su mensaje a sus oyentes. Se han propuesto algunas explicaciones.

 (i) Mat_13:13  lo expresa de manera un poco diferente. Dice que Jesús hablaba en parábolas porque la gente no podía  ver y entender correctamente. Mateo parece decir que las parábolas no eran para impedir que la gente viera y entendiera, sino para ayudarla a entender.

(ii) Mateo cita inmediatamente después el dicho de Isa_6:9-10, que en efecto dice: " Les he hablado la Palabra de Dios, y el único resultado es que no han entendido ni una palabra.» Según esto, el dicho de Jesús puede indicar, no el objetivo de su enseñanza por parábolas, sino su resultado.

(iii) Lo que Jesús realmente quería decir es que la gente puede llegar a ser tan obtusa y dura de mollera que no pueden entender la Palabra de Dios cuando les llega. No es culpa de Dios; es que se han vuelto tan perezosos mentalmente hablando, tan cegados por los prejuicios, tan indispuestos a ver lo que no quieren ver, que son incapaces de asimilar la Palabra de Dios.

(iv) Algunos sugieren que a raíz de la persecución que se desató sobre El en la sinagoga, cuando claramente dijo que él era el Mesías, y para no adelantar el justo tiempo de Dios, les hablaba en parábolas.

¿Por qué predicarles si no entenderían? Isa_6:9-10,

 (i) Por los que en su indiferencia pudieran haber creído, semilla junto al camino, espinos, pedregales. La semilla germino pero no se hizo todo lo apropiado para que diera fruto. Como que quitar aquellas cosas que impedían su crecimiento.

(ii) Por los que creerían, aquellos donde la semilla calló en buena tierra y dio fruto. El Señor sabía que en la multitud habían los que realmente interesados en oír y recibir su palabra.

(iii) Para responsabilizar a los que oyeron la palabra. El Señor dijo: "La palabra que os he hablado ella les juzgara en el día postrero". En el trono blanco allí estarán varios libros, entre ellos la Biblia, para ser evidencia tangible del rechazo de la humanidad hacia Jesucristo.

La parábola del sembrador nos presenta cuatro clases de terreno. Esto representa cuatro clase de oyentes.

(i) Las parcelas solían ser más bien alargadas, y estaban separadas por senderos o caminos por los que se podía pasar; cuando la semilla caía en esa parte pisoteada y endurecida no tenía posibilidad de penetrar en el suelo.

(ii) Estaba el suelo rocoso, que no quiere decir aquí un sitio lleno de piedras, sino un terreno que no era más que una capa de tierra por encima de una lancha de roca caliza. Allí no había humedad ni nutrientes, así es que la planta, si nacía, pronto se secaba y moría.

(iii) El terreno que se llenó de espinos parecía entonces estar bastante limpio. Se puede hacer que un terreno parezca limpio simplemente labrándolo; pero quedaban allí las semillas de los espinos y las raíces fibrosas de las malas hierbas. Las buenas y las malas semillas crecieron juntas; pero las malas eran más fuertes y ahogaron a las buenas.

     (iv) El buen terreno era profundo, y estaba limpio y bien labrado.

    La genuina palabra de Dios, al igual que en los tiempos antiguos, continúa vigente aún en estos días actuales tan confusos. Y la tarea al igual que hace más de 2000 años debe ser el que otros conozcan de las buenas nuevas de salvación. No inventando nuevos métodos, sino aplicando los mismos usados por el  Señor y  los apóstoles.

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domingo, 8 de junio de 2025

Resurreción de Cristo, garantía de nuestra resurreción. 1ra. Cor 15:20-58. txt no. 87 2da. parte.

 


4. Pero ahora Cristo ha resucitado (v. 20): El nuevo Adán y la garantía de vida.

    Con fuerza apostólica, Pablo declara: “Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. ”La palabra ἀπαρχὴ (aparche), “primicias”, proviene del contexto agrícola del Antiguo Testamento (Lev. 23:10-14), donde la primera parte de la cosecha se ofrecía a Dios como garantía del resto. Así, la resurrección de Cristo es la garantía segura de nuestra futura resurrección.

    Pablo compara a Cristo con Adán: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (v. 22). Así como la muerte entró por un hombre, del mismo modo la vida y la resurrección también. La muerte entró por Adán y la vida por el postrer Adán (Cristo).

5. El orden de la resurrección y la victoria final (vv. 23–28).

    La resurrección en este capítulo tiene un orden cronológico y Pablo lo describe de la siguiente manera:

  •  Cristo
  • Los que son de Cristo en su venida
  •  Luego el fin, cuando entregue el reino al Padre

    En el v. 26, Pablo dice: “El postrer enemigo que será destruido es la muerte. ”El término καταργέω (katargeō), traducido como “destruido”, significa ser reducido a la impotencia. La muerte, el enemigo más implacable, será finalmente vencida por Cristo, el Rey resucitado.

6. La esperanza de un cuerpo glorificado (vv. 35–49).

    Frente a las preguntas escépticas sobre “¿Cómo resucitan los muertos?”, Pablo responde con ilustraciones naturales. Así como una semilla muere para producir una planta nueva, nuestro cuerpo presente es sembrado en corrupción y resucita incorruptible. El término σῶμα πνευματικόν (sōma pneumatikon) no significa un cuerpo etéreo o fantasmal, sino un cuerpo animado y capacitado por el Espíritu Santo, en contraste con el cuerpo natural (ψυχικόν / psychikon), gobernado por la carne.

7. El misterio revelado: Transformación instantánea (vv. 50–58)

    En un lenguaje triunfante, Pablo revela un misterio (μυστήριον / mystērion): “No todos dormiremos; pero todos seremos transformados. ”Esto ocurrirá “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos”. El griego ἄτομος (atomos) implica un tiempo indivisible. Será instantáneo. Los muertos resucitarán incorruptibles, y los vivos serán transformados.

    El aguijón de la muerte, que es el pecado, ha sido removido por la victoria de Cristo. Así Pablo exclama: “¡Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”

    De todo lo anterior podemos deducir que debemos vivir a la luz de la resurrección; Vivir con esperanza firme. La resurrección no es sólo futura: da propósito ahora. Tu dolor en la prueba, tu trabajo, tu santidad tienen sentido eterno gracias a la resurrección de Cristo.

    Del mismo modo no debemos temer a la muerte. La muerte ha sido vencida. No es una tragedia final, sino una puerta a la eterna gloria.

    A parte de todo debemos ser constantes en el servicio al Señor. Pablo concluye diciendo: “Sed firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (v. 58). El verbo περισσεύοντες (perisseuontes), “creciendo”, implica abundar más allá de lo necesario. La resurrección impulsa a un cristianismo ferviente, y no tibio.

    Si Cristo vive, todo cambia; Negar la resurrección es como remover el corazón del cuerpo. Pero afirmar con fe que Cristo ha resucitado es abrazar una vida de poder, esperanza y propósito.

    No es sólo una doctrina para la Pascua, sino el fundamento de cada día del creyente. Como diría Juan Calvino: “La resurrección de Cristo es la causa eficaz y garantía de la nuestra". Cristo vive. Por tanto, viviremos también nosotros. Y esta vida perdurará por toda la eternidad.

    Cabe la pregunta: ¿"Estamos viviendo conforme a la realidad de nuestra futura resurrección"?

(Viene del anterior: La resurreción de Cristo...)

Resucitaré

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sábado, 7 de junio de 2025

Resurreción de Cristo, garantía de nuestra resurreción. 1ra. Cor 15:1-19. txt no. 86 1ra. parte.

    Los discípulos de Jesús, después de su muerte no habían entendido que el resucitaría. Juan 20:9, Marcos 16:11, 13; María Magdalena del mismo modo pensó que se habían robado del sepulcro el cuerpo de su Señor. Juan 20:13; Tomás el incrédulo, necesitaba ver para creer que Jesús había resucitado Juan 20:25. Cleofas y su condiscípulo camino a Emaús, tuvieron un encuentro con su Maestro, sin saberlo le manifestaron su tristeza pensando que con su muerte todo estaba perdido Lucas 24:19-24; Marcos 16:12-13.

    Y todo lo anterior descrito aconteció, justo después de la muy reciente muerte del Señor, y pudiéramos pensar bueno, seguro que luego de esto nadie más dudó de la resurrección del Señor. Nada mas lejos de la realidad. Ya que esta idea se había difundido en la iglesia de Corinto, tal ves influenciada por la filosofía cultural Griega, que pensaba que el cuerpo era una clase de prisión donde el espíritu debía purgar sus culpas; Y que la muerte era una especie de liberación espiritual de esa prisión.

    En 1 Corintios 15, el apóstol Pablo confronta una iglesia confundida y quizás influenciada por el pensamiento griego, que negaba la resurrección corporal. Pablo no suaviza su mensaje. No ofrece metáforas vacías. Declara con poder y claridad que Cristo ha resucitado—y que su resurrección garantiza la nuestra. Veamos a continuación la estructura del mensaje del apóstol en este capítulo 15:

1. El Evangelio de la resurrección: El mensaje de las buenas nuevas no es una invención humana, sino un mensaje divino (vv. 1–11).

    Pablo comienza recordando el evangelio que les predicó, el cual ellos recibieron, en el cual permanecen, y por el cual son salvos. El verbo prediqué, παραλαμβάνω (paralambanō) en el v. 3 implica una transmisión y entrega fiel, como una herencia sagrada. No es un mensaje inventado por los apóstoles, sino recibido directamente del Señor y entregado a ellos guardando fielmente el contenido original (cf. Gál. 1:12).

    La estructura del evangelio es clara: Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó al tercer día y fue visto por muchos testigos. El término griego ἐγήγερται (egēgertai) en el v. 4, traducido como “resucitó”, está en perfecto pasivo indicativo, indicando una acción real completada con resultados permanentes. Cristo resucitó y sigue vivo hoy. No fue una experiencia subjetiva, sino un evento histórico y eterno.

2. Testigos de la resurrección: En los versos del 5 al 8 encontramos una serie de testigos oculares de la resurrección del Señor y el argumento del apóstol aquí es irrefutable. Ningún juez en ningún tribunal se atrevería a ignorar las pruebas y testimonios presentadas por testigos oculares y presenciales. Y no es solo uno, sino más de 500 testigos que darían fe que El resucitó. Los testigos son:

  • Cefas: Vrs.5(a), (ref. Lc 24:34; Jn 20:19-26; Hch 10:41).
  • A los doce: Vrs.5(b) (ref. Mr 16:14; Lc 24:36; Jn 20:19-26; Hch 1:2-14).
  • A más de 500: Vrs.6 (ref. Mt 28:7; 10, 16,17; Mr 16:7; Hch 1:3).
  • A Jacobo: Vrs. 7 (ref. Hch 1:14; Gal 1:19; Luc 10:1).
  • A Pablo: 1Co 9:1; Hch 9:3-5; 17; 18:9).
    Muchos de estos testigos en los tiempos en que Pablo escribió esta carta aún estaban vivos y podía dar fe de que su testimonio era cierto. Cristo resucitó y hubo suficientes testigos visuales y presenciales que podrían certificar este hecho.

3. Las consecuencias devastadoras de la "no" resurrección de Cristo (vv. 12–19)

    Pablo argumenta lógicamente: si no hay resurrección de los muertos, entonces ni Cristo resucitó, y si Cristo no resucitó entonces:

  • Nuestra predicación es vana (κενός / kenos): vacía de contenido real.
  • Nuestra fe es inútil (ματαία / mataia): sin propósito.
  • Somos falsos testigos.
  • Estamos todavía en nuestros pecados.
  • Los que murieron en Cristo perecieron sin esperanza.

    Este pasaje y sus argumentos corta como espada de doble filo. No deja espacio para medias tintas. La resurrección no es un añadido opcional: es el núcleo central del cristianismo y su mensaje a la humanidad. (Continúa aquí: La resurrección de Cristo...).

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