sábado, 8 de noviembre de 2014

De que manera SI debemos seguir a Cristo.


                        La Orotava, Tenerife,Canarias
             Pto del Rosario, Fuerteventura 8/2/14.

Actitudes del genuino seguidor de Cristo.
LUCAS 5:1-11.

En entregas anteriores estudiamos de qué manera “no debíamos seguir al Señor” y vimos algunos ejemplos de los cuales debemos evitar emular.
a.- No debemos seguirle por intereses personales, como lo hizo la multitud a la que Jesús alimentó, Jn 6:2, 26.
b.- No debemos seguir al Señor de lejos, tal y como lo hizo Pedro en Mt 26:58.
c.- No debemos seguir a Cristo con miedo, como los discípulos en Mr 10:32.

Artículo completo aquí: (De que manera no debemos seguir a Cristo).
                                                                     (haz clic sobre el título para acceder)

Visto esto surge la pregunta y entonces ¿de qué manera debemos seguir al Señor? En esta porción de Lucas encontramos el llamado que Jesús hace a sus primeros discípulos al ministerio a tiempo completo. Hay que decir que este no es un  llamado a la conversión de Pedro y sus compañeros. El llamado a salvación lo encontramos en Jn 1:35-42, según los historiadores desde el llamado a salvación hasta este relato de Lucas cinco habían trascurrido un año aproximadamente. Pedro, Andrés, Jacobo y Juan eran discípulos de Jesús pero no habían comenzado a seguirles tal y como el Señor querían que le siguieran. Y para eso era necesario que ellos reconocieran algunos aspectos que debe caracterizar al genuino seguidor de Cristo: 

1. Pone a disposición del Maestro sus capacidades y bienes, vrs. 3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
Una vez más las multitudes se agolpan en derredor del Señor para oírle predicar. La predicación del Señor se nos describe en Mateo 4:17 “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir. Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Dado la gran cantidad de personas, el Señor usa como tribuna una barca que no por casualidad era la de Simón y sus compañeros. Que preciosa ilustración se nos da del uso que el Maestro hizo de aquella simple barca, que solo había sido usada hasta ese momento para llevar peces a las mesas de las familias de la región. Ahora el gran y supremo pescador de almas estaba transformando este sencillo instrumento para pescar almas necesitadas de oír el mensaje de salvación. Cualquier recurso por más insignificante que parezca, puesto en las manos poderosas de Dios, puede llevar muchas almas a los pies del Señor. Pero para que eso sea posible, necesitamos permitirle al Señor que use nuestra pequeña embarcación como plataforma. Nuestras vidas, nuestros bienes, nuestros dones; nuestros recursos por más pequeños que parezcan si están en las manos de Dios pueden ser poderosos para cumplir el fin que solo El desea.
Que podamos ser plataformas donde la voz de Dios se escuche y muchas almas se conviertan.

2. Reconocer una dependencia absoluta de Dios, vv, 5(a)  Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado
El Señor le pide a Pedro que bogue mar adentro para que echen las redes para pescar, aunque Pedro argumenta sus esfuerzos reconoce que solo la palabra de Dios puede hacer un cambio. Pedro no usa sus conocimientos de experimentado pescador ante las habilidades de un carpintero, él le estaba reconociendo como su Maestro en cuya palabra se podía marcar la diferencia de lo que hasta ese momento estaba ocurriendo. “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado, pero porque tú lo dices, echaré las redes”.  No es por nuestras fuerzas, ni por méritos propios que el poder de Dios puede obrar, el Poder de Dios se manifiesta en nuestra impotencia y debilidad. Pedro y sus compañeros estaban trasnochados, cansados y frustrados. Elementos necesarios para que el poder de Dios actúe con eficacia.
El auténtico seguidor de Cristo se deja llevar por los poderosos brazos de su Señor, cual la oveja imposibilitada de volver por sus propios medios al redil "Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad".

3. Se somete y obedece a la palabra de Dios, vrs, (b) mas en tu palabra echaré la red.
El poder de la palabra debe ser latente en cada exposición del mensaje de Dios a los hombres, sea cual sea la ocasión. Pablo dice en Romanos 10:8 “Esta es la palabra de fe que predicamos”, no anunciaba otra palabra. La palabra produce fe en los que la escuchan Romanos 10:17 “la fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios”. Pablo insta a Timoteo su hijo en la fe, a que predique la palabra 2Tim 4:2. No hay otro fundamento para un genuino pescador de almas y autentico seguidos de Cristo, que la sola y absoluta palabra de su Maestro. “En tu palabra echare la red”.   Hoy en día encontramos a muchos que se dicen seguidores de Cristo, pero de sus labios solo salen sus propias palabras y argumentos, usan sus tribunas personales con el fin de enriquecer su propio ego y sus bolsillos. No están siguiendo el discurso de Juan el bautista cuando dijo “Soy la voz de uno que clama en el desierto”.
La obediencia a la palabra de Dios desafía todos los argumentos lógicos, En este caso  no era la mejor hora para pescar, la mejor hora era la oscuridad de la noche, cuando el agua está más fría y los peces suben a la superficie para alimentarse. No era el mejor lugar, la ubicación apropiada eran las aguas poco profundas, todo lo contrario a la orden del Señor “boga mar adentro”, y además de todo eso ¿Qué podía saber un carpintero de pescar? Sin embargo con todos estos argumentos, Pedro decide obedecer a la orden de su Maestro.
La palabra de Dios está por encima de cualquier argumento lógico.

4. Se descubre ante el Señor, mostrando su pecadora naturaleza, v,  Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
El reconocimiento de nuestra naturaleza pecadora no es solo un acto exclusivo en el momento de nuestra salvación, Pablo reconocía su vieja naturaleza, que le llevaba a exclamar “miserable de mí, ¿quién me librara de este cuerpo de muerte?”, pero ¿qué hacer ante esta triste realidad? El apóstol Juan nos muestra al Señor en su faceta de abogado, delante del Padre (1Jn 2:1). Debemos acudir tal y como lo hizo Pedro ante su Maestro, en una sincera y autentica confesión, reconociendo que nuestra fidelidad depende de la fidelidad de Dios para nosotros. Y su fidelidad es infinita para con todos.
Pedro cae de rodillas en una actitud de impotencia e inutilidad absoluta ante la Santidad y el poder divino mostrado en aquella pesca milagrosa. El genuino seguidor de Cristo se fundamenta en la continua confesión y reconocimiento de su condición de dependencia de Dios. No hace del pecado una cotidianeidad en su vida, pero sí de la confesión su recurso más preciado.
El pecado debe ser un accidente en la vida del creyente, la confesión su recurso más esporádico.

5. Esta dispuesto a despojarse de algo, sacrificando su yo personal y dando el primer lugar al Maestro, v, 11  Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.
Todos los argumentos anteriores llevan a Pedro y sus compañeros a dejarlo todo para seguir al Señor, y es que seguir al Maestro implica desprendernos de algo:
a. De nuestra comodidad al pecado e identificarnos con los sufrimientos de Cristo, en Mateo 10:38 leemos “y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mi”.
b. Deja atrás su antigua manera de vivir en oscuridad y manifiesta en su vida la luz con la que todo cristiano genuino debería identificarse. En Juan 8:12 Jesús nos dice “el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
c. No escucha otra voz que no sea la de su buen pastor, antes oíamos muchas voces en medio de este mundo, ahora solo escuchamos la voz del único guía en nuestro camino. Juan 10:27 “Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen”. La voz de Dios la podemos escuchar de muchas maneras diferentes, a través de la propia lectura de la Biblia, De la boca de algún hermano (a) espiritual al darnos un buen consejo y por medio de nuestras circunstancias que se suceden a nuestro alrededor, ya que todo lo que ocurre en nuestras vidas llevan consigo un propósito. (Rom 8:28).
Un auténtico seguidor de Cristo estará dispuesto a desprenderse de todas aquellas cosas que le apartan del lado de su guía y Señor ¿Estamos dispuestos tal y como lo hizo Pedro a dejar de lado, incluso las cosas más legítimas de nuestra vida? Pedro cambió la pesca tradicional por la espiritual y se convirtió en un pescador de almas a tiempo completo.
Seguir a Cristo implica despojarnos de nosotros mismos para apropiarnos de su bendita persona.

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