La Orotava, Tenerife,
España 15/07/2012 - 06/10/2013.
Experiencias en la que somos participantes con Cristo.
Existen muchas referencias Bíblicas relacionadas con nuestra condición pasada, previo a nuestra conversión a la verdad de Jesucristo. Se nos llamaba enemigos de Dios, hijos de ira, condenados y pecadores perdidos entre otros calificativos. Pero resulta significativo notar que por habernos decidido seguir la verdad de Dios esta condición de maldición se ha tornado en experiencias de bendición para sus hijos. Seguidamente enumeraremos algunas de estas experiencias:
a.- Partícipes en su crucifixión. Gál 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. y en Rom 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Nuestra humanidad pecadora representada por Pablo en las citas anteriores como "la carne" y "viejo hombre", describen de algún modo nuestra naturaleza original heredada por nuestros primeros padres. Herencia que hemos arrastrado por generaciones pasadas y agravada por la práctica del pecado en nuestras vidas. El problema del pecado era remediado parcialmente por el sacrificio de muchas victimas de animales inocentes, esta era la exigencia de Dios: "Sin derramamiento de sangre, no hay remisión de pecado" Heb 9:22. Hasta que nuestro bendito cordero: Cristo Jesús le ha dado la solución definitiva a este problema. Nuestra participación en la crucifixión de Cristo nos ha hecho limpios y puros delante del Dios santo. La muerte de Cristo en la cruz ha expiado todos nuestros pecados: pasados, presentes y futuros. Pero recordemos que es necesario que hayamos participados por la fe voluntariamente de ella para poder obtener los beneficios que esta decisión conlleva. Juan describe esta gran verdad en su evangelio cuando nos narra el señalamiento que hace Juan el Bautista de la persona de Jesús. Jn 1:29 "He aquí el Cordero de Dios, que esta quitando el pecado del mundo". (traducción literal en el griego). Cristo fue el cordero de Dios, este cordero debía representar al pecador que había ofendido la santidad divina. Así como el pecador en el pasado debía identificarse con la víctima reconociendo que esta moría en su lugar, en la actualidad debe haber una identificación con el sacrificio de Cristo en la cruz, para poder obtener los beneficios que encierra tan tremenda ofrenda de amor. Así que somos participantes en su crucifixión para la expiación de nuestros pecados. ¿Tienes tú esa experiencia?
b.- Partícipes en su muerte. Rom 6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 2Ti 2:11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él;
*/Hay dos posibles interpretaciones de los dos primeros versos: " Si morimos con El, también viviremos con El.» Hay algunos que toman estas líneas en referencia al Bautismo. En Romanos 6 el bautismo se compara con morir y resucitar con Cristo. «Por tanto fuimos sepultados con Él por medio del Bautismo para muerte, para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, nosotros también podamos andar en novedad de vida. Porque si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él» (Rom 6:4; Rom 6:8 ). Sin duda el lenguaje es el mismo; pero la idea del Bautismo es aquí irrelevante; lo que Pablo tiene en mente es la idea del martirio. Lutero dijo en una gran frase: «Ecclesia haeres Crucis est," "La Iglesia es la heredera de la Cruz.»/ El cristiano hereda la Cruz de Cristo, obedeciendo al llamamiento hecho por el Maestro a sus discípulos: "si alguno quiere venir en pos de mi niéguese a si mismo, tome su cruz y sigame". Mat 16:24, Luc 9:23. Identificarnos con la cruz es relacionarnos con su muerte, de tal manera que ya no vivamos para nosotros mismos sino para Dios, tal como lo expresó Pablo "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gal 2:20. Esta relación no se expresa llevando un crucifijo en el pecho, va mucho mas allá, es llevar el oprobio que representaba este símbolo para los antiguos, es estar dispuesto a padecer las burlas o afrentas que ocasiona identificarnos con el crucificado. ( Otras referencias : Col 2:20; Col 3:3 )
c.- Partícipes en sus sufrimientos. Flp 3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
*/Pablo ya ha hablado del valor incalculable del conocimiento de Cristo. Ahora vuelve a ese pensamiento, y define más exactamente lo que quiere decir. Es importante que nos fijemos en el verbo que usa para conocer. Es parte del verbo guinóskein, que casi siempre se refiere a un conocimiento personal. No es meramente un conocimiento intelectual, el conocimiento de ciertos hechos o principios. Es tener una experiencia personal de otra persona. Podemos ver la profundidad de esta palabra por su uso en el Antiguo Testamento. En él se usa conocer para expresar la relación más íntima entre marido y mujer. «Adán conoció a Eva su mujer; y ella concibió y dio a luz a Caín» (Gen_4:1 ). El verbo hebreo yada se traduce en griego por guinóskein. Este verbo indica el conocimiento más íntimo de otra persona. Pablo no considera su meta saber cosas acerca de Cristo, sino conocerle personalmente. Conocer a Cristo quiere decir para él ciertas cosas, entre otras. Quiere decir conocer la participación en Sus sufrimientos. Una y otra vez Pablo vuelve a la idea de que, cuando el cristiano tiene que sufrir, está participando de alguna extraña manera en el sufrimiento del mismo Cristo, y hasta completándolo (2Co_1:5 ; 4:10s; Gal_6:17 ; Col_1:24 ). El sufrir por la fe no es un castigo, sino un privilegio, porque así participamos de la obra del mismo Cristo./ ¿Tienes tu ese conocimiento de Cristo como tu salvador personal? solo esa experiencia te hará diferente a los religiosos del presente.
Recuerda Cristo nos ha hecho participante de todas estas cosas con un único objetivo, llegar a identificarnos con El como el lo hizo con nosotros, dando su vida por la humanidad. Por eso te recomendamos que des el paso decisivo de identificación con su bendita persona aceptándole como tu único salvador personal.
*/Comentario N.T. W. Barclay.
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