martes, 23 de octubre de 2012

Clasificación de los Sacrificios, en el Antiguo Testamento. txt


Sta Cruz, Tenerife, Canarias, España 25/07/2010.

Los Sacrificios.
antiguo altar para sacrificios.

    Dios es un Dios justo, por tanto no dejará nunca de aplicar su justicia al que lo merece, sea para recompensa o sea para castigo. Lo ha demostrado a lo largo de la historia de la humanidad por medio de los antiguos sacrificios. Existían varias formas de satisfacer su justicia; Esta variaría según fuese la ofensa. Veamos pues cuales son.

Los sacrificios cruentos.

1. El holocausto (ola). Según su significado etimológico («lo que sube al altar» o «lo que sube al cielo en forma de humo»), este es el sacrificios más citado en el Antiguo Testamento. Era presentado como sacrificio completo (1 Sam 7.9), es decir, quemado totalmente, menos la sangre. Siempre ocupó un lugar preeminente en el culto de Israel, como el sacrificio diario de la mañana y de la tarde (Nm 28.3; 2 R 16.15), como sacrificio solemne en grandes fiestas (Nm 8; 1 R 9.25), o por otros motivos de gozo (1 S 6.14), pero también en relación con el ayuno en un acto de lamentación del pueblo (Jue 20.26; 21.4). Estos últimos textos, sin embargo, evidencian también su función expiatoria, porque lo central de tal ayuno oficial era la confesión de pecados.
Puesto que al holocausto se le atribuía gran importancia por considerársele homenaje al Señor, el animal que se sacrificaba debía ser íntegro, macho y sin defecto.

2. El sacrificio de paz (seba selamin). Era posiblemente la forma más antigua de sacrificio y se celebraba juntamente con una comida fraternal. El animal del sacrificio era ofrecido con un ritual idéntico al que iniciaba el holocausto. Los que oficiaban el culto ponían las manos sobre la víctima antes de degollarla, y llevaban la sangre al altar. Luego el oferente tomaba la grosura de la víctima y la llevaba al altar donde la quemaban como ofrenda encendida, juntamente con el holocausto que ya debía estar dispuesto. Finalmente, los oferentes celebraban la fiesta de comunión, no sin antes haberse purificado ellos y sus huéspedes para poder comer y regocijarse delante del Señor.

Si se trataba de una ofrenda en acción de gracias, esta debía consumirse el mismo día; si el motivo era un voto, el tiempo del sacrificio podía extenderse hasta el día siguiente, para que un mayor número de amigos pudiera participar. Su propósito era expresar la paz, en su sentido máximo: comunión con Dios en su servicio, y comunión de unos con los otros. Generalmente el sacrificio de paz no se ajustaba a tiempos fijos y se distinguía por su carácter festivo y alegre.

3. El sacrificio propiciatorio o por el pecado. Sacrificio que desempeñaba la función más importante, en la expiación de todos los pecados de Israel. Se combinaba con el holocausto, por ejemplo en las fiestas (Nm 28s) pero tenía su propio significado. La parte más importante del rito (después de quemada la grosura) era la ceremonia propiciatoria con la sangre, con la cual eran ungidos los cuernos del altar y rociado siete veces el velo del tabernáculo o del templo (Lv 4).


4. Sacrificio por la culpa o de reparación (asam). Estaba tan relacionado con el sacrificio por el pecado que no se distinguen claramente entre sí. Según la distinción más común, el sacrificio por el pecado se presentaba por el mal cometido por ignorancia, mientras que el sacrificio por la culpa correspondía a una falta cometida a sabiendas.

La palabra "asam" con que se denomina a estos sacrificios se usa en varios sentidos. Cuando los filisteos devolvieron a Israel el arca del pacto, la acompañaron con un asam que entonces consistió de objetos de oro, y seguidamente ofrecieron en holocausto las vacas que habían tirado del carro (1 Sam 6.3–5). Aquí el asam fue acompañado por un sacrificio. En Is 53.10 el siervo de Jehová pone su alma como asam, sacrificio de propiciación o de reparación para su pueblo.

La víctima prescrita para el sacrificio por la culpa variaba según la ofensa cometida y la fortuna del ofensor. A veces era un cordero o un carnero, pero estos podían ser sustituidos por palomas o tórtolas o, en caso de extrema pobreza, por la décima parte de un → Efa de flor de harina (Lv 5.7–13). Nadie, pues, podía considerarse capaz de presentar su correspondiente sacrificio por la culpa.
Los sacrificios incruentos.

1. La ofrenda vegetal (minja). La palabra hebrea significa «ofrenda», «oferta» o «donación», y se usa no solamente en cuanto a lo sagrado sino también en cuanto a ofertas y donaciones o regalos en la vida común (por ejemplo, los tributos pagados a un rey, Jue 3.15; 2 S 8.6). En Gn 4, la palabra se usa en un sentido más amplio, porque ambos sacrificios, el de animales presentado por Abel y el de los frutos del campo, ofrecido por Caín, son llamados minja. Si se usa en un sentido estricto, el término se refiere solamente a una ofrenda vegetal, mayormente de granos, como en efecto se impuso en los tiempos posteriores.

El modo de ofrecer la ofrenda vegetal se describe detalladamente en Lv 2. Generalmente este sacrificio acompañaba al holocausto, pero se ofrecía también como sacrificio independiente. Las primicias de la cosecha constituían una clase especial de este sacrificio. Con ellas, Israel reconocía que el Señor es dueño y dador de los frutos del campo, y que todo se debe a la bendición del Altísimo.


2. El incienso (lebona). Sacrificio que debía ofrecerse en el tabernáculo frente al velo del Lugar Santísimo (Éx 30.1–6), donde estaba el altar del incienso, un incensario hecho de madera de acacia y cubierto de oro. Dos veces al día debían encenderse y mantenerse ardiendo continuamente las especias aromáticas de una fórmula exclusiva para este uso (Éx 30.34–38). Solamente los sacerdotes tenían el privilegio de ofrecer el incienso. Éxodo 30.9 prohíbe ofrecer incienso «extraño», prohibición difícil de explicar, pero que muy bien puede referirse a lo ritual o éticamente impuro, o que tenga relación con la idolatría.

En el Día de la Expiación y antes de rociar la sangre del becerro hacia el → Propiciatorio, el sumo sacerdote ponía el perfume aromático molido detrás del velo, de modo que la nube del perfume cubriera el propiciatorio (Lv 16.12–14). Según Éx 30.10, el altar del incienso también estaba relacionado con la expiación. Cuando después de la muerte de Coré el pueblo se rebeló contra Moisés, Dios envió mortandad entre ellos, la cual solo cesó cuando Moisés puso el incensario con el incienso encendido para «hacer expiación por ellos» (Nm 16.46ss).

El incienso frecuentemente está asociado con la oración. El propósito del simbolismo era recordar a Israel que las oraciones del pueblo ascienden a Dios, al igual que el humo del incienso sube a su presencia (Sal 141.1, 2; Ap 8.4). El hecho de que el incienso sea puesto en paralelo con el cordero sacrificado a la caída de la tarde y llamado «olor grato» (Éx 29.41) demuestra su gran valor.

Ritos de Sacrificio.

Los sacrificios cruentos se realizaban según ritos prescritos. Después de que el oferente llevaba el animal destinado para el sacrificio al santuario, debía imponer sus manos sobre la cabeza de la víctima. Con esto la dedicaba en sacrificio, ofrecido como una expresión simbólica de su propia entrega y sometimiento a Dios, de su gratitud, arrepentimiento y oración.

Seguía la inmolación del animal, la cual ejecutaba el oferente si se trataba de un sacrificio individual, o el sacerdote ayudado por un levita, si era sacrificio por la congregación. En tal acto de inmolación, el ofrecimiento de la sangre pura (en que aún estaba el alma de la víctima) expresaba que el oferente renunciaba a su propiedad para entregarla totalmente a Dios. La inmolación era el medio de obtener la sangre que era presentada como ofrenda más preciosa para Dios, como medio de expiación y para cubrir la vida manchada del oferente.

Había diferentes usos de la carne de los sacrificios. En el caso de los holocaustos, los sacerdotes quemaban toda la carne; pero si se trataba de otros sacrificios solo se quemaban ciertas porciones de la grosura (la que estaba sobre los intestinos o sobre los ijares, los riñones, la cola, etc.), y el resto de la carne la comían los sacerdotes. En otros sacrificios Dios concedía que se tomara la carne para celebrar una comida sacrificial o de comunión, con la cual se expresaba la relación de paz entre Dios y el oferente. En el día del perdón, la carne se quemaba fuera del santuario. El sacrificio incruento o vegetal servía generalmente como aditamento en los sacrificios de animales. En tal caso el sacerdote tomaba una parte de las espigas, la harina, los panes o tortas ofrecidas y la quemaba sobre el incensario juntamente con el incienso.

Todo lo anterior era solo mera figura de lo que vendría en el futuro, con el advenimiento de la persona de Cristo. Hoy no necesitamos ninguno de aquellos rituales para poder ser aceptados delante del Dios justo. Cristo en nuestro cordero sustituto, quien llevó sobre si mismo todos los pecados y ofensas de la humanidad. Dios solo nos pide una cosa: "CREER", pero esta palabra implica una actitud responsable en relación hacia donde esta enfocada nuestra fe. Debemos depositar nuestra confianza solo en Jesucristo, solo Él  podrá dar a tu alma la seguridad de una vida eterna después de la muerte. ¿Tienes esta certeza en tu vida? ¿Sabes donde pasaras la eternidad? Cree en Jesucristo y tendrás esta convicción en tu vida.


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lunes, 22 de octubre de 2012

David figura de Cristo.


La Orotava, 08/09/2006
David figura de Cristo.

1.-       Ambos fueron humillados:
      1Sa 17:14  y David era el menor.  Siguieron,  pues,  los tres mayores a Saúl.
      Fil 2:8  y estando en la condición de hombre,  se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte,  y muerte de cruz.

2.-       Ambos se identificaron con nuestra condición: en el valle
      1Sa 17:3  Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado,  e Israel estaba  sobre otro monte al otro lado,  y el 1Sa 17:19  Y Saúl y ellos y todos los de Israel estaban en el valle de Ela,  peleando contra los filisteos.
      Sal 23:4  Aunque ande en valle de sombra de muerte,  No temeré  mal alguno,  porque tú estarás conmigo;  Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

3.-       Ambos fueron rechazados por los suyos:
      Su hermano mayor le rechazó, Su Rey le menospreció y sus enemigos le tuvieron en poco.
      1Sa 17:28  Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres,  se encendió en ira contra David y dijo:  ¿Para qué has descendido acá?  ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto?  Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón,  que para ver  la batalla has venido.
      Jn 1:11  A lo suyo vino,  y los suyos no le recibieron.
      Jn 15:19  Si fuerais del mundo,  el mundo amaría lo suyo;  pero porque  no sois del mundo,  antes yo os elegí del mundo,  por eso el mundo os  aborrece.

4.-       Ambos hirieron al enemigo en la cabeza:
      1Sa 17:49  Y metiendo David su mano en la bolsa,  tomó de allí una piedra,  y la tiró con la honda,  e hirió al filisteo en la frente;  y la  piedra quedó clavada en la frente,  y cayó sobre su rostro en tierra. 1Sa 17:51  Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo;  y tomando la       espada de él y sacándola de su vaina,  lo acabó de matar,  y le cortó con ella la cabeza.  Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
      Gen 3:15  Y pondré enemistad entre ti y la mujer,  y entre tu simiente y la simiente suya;  ésta te herirá en la cabeza,  y tú le herirás en el calcañar.

5.-       Ambos exhibieron a sus enemigos:
      1Sa 17:54  Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén,  pero las armas de él las puso en su tienda. 1Sa 17:57  Y cuando David volvía de matar al filisteo,  Abner lo tomó y lo llevó delante de Saúl,  teniendo David la cabeza del filisteo en su mano.
      Col 2:15  y despojando a los principados y a las potestades,  los exhibió     públicamente,  triunfando sobre ellos en la cruz.

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sábado, 20 de octubre de 2012

Himnos históricos: Si paz cual un río.


Himnos históricos.

Si paz cual un río.

"Y de noche su cántico estará conmigo."
Salmo 42:8
Si paz cual un río es aquí mi porción,
Si es cual las olas del mar;
Cualquiera mi suerte, es ya mi canción:
"Está bien, con mi alma está bien."

El Señor Horacio Spafford, creyente y autor de este himno (el número 112 en el himnario "Himnos y Cánticos del Evangelio") que manifiesta tanta serenidad, era abogado próspero en la ciudad de Chicago en los días del predicador D.L. Moody. Pasó por varias pruebas en su vida, algunas muy severas, y su experiencia le impulsó a expresar su consolación en estos versos.
A los 45 años de edad, había perdido su único hijo varón, y poco tiempo después, el gran incendio de Chicago en 1873 destruyó las propiedades donde había invertido gran parte de su patrimonio.

Decidió tomarse unas vacaciones con su esposa y sus cuatro hijas. A última hora tuvo que quedarse atrás atendiendo unos negocios mientras que los demás siguieron con sus planes, acordando reunirse todos en Europa. Viajaban abordo del Ville du Havre, el barco más grande en uso en aquellos tiempos.
El 22 de noviembre de 1873, a las dos de la madrugada, el gran vapor chocó con un barco de vela y naufragó en menos de media hora. Antes de que terminara de hundirse, la señora y sus hijas se reunieron y se arrodillaron para pedir que, según fuera la voluntad de Dios, fuesen rescatadas o preparadas para morir. Las cuatro muchachas perecieron, pero su madre fue una de las 28 personas recogidas por otro barco. Al llegar ella a Gran Bretaña, envió un telegrama a su marido que decía: "Rescatada sola." (Un día él mandaría a enmarcar este cable y lo colgaría en su oficina.)

El señor Spafford embarcó cuanto antes para juntarse con su acongojada esposa en Inglaterra. En su profunda tristeza cruzaba el Atlántico y se imaginaba pasando por encima de la tumba de sus hijas. En esos momentos escribió sus versos, que hacen referencia a la condición de su alma tanto en medio de "paz como un río" (Isaías 48:18 y 66:12) como en grandes sufrimientos como los que el salmista sentiría cuando escribió en Salmo 42:7: "Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí."
En esos mismos días el señor Moody y su acompañante, Ira D. Sankey, estaban predicando en la ciudad de Edimburgo, hacia el norte de Gran Bretaña. Oyeron noticias de la tragedia y decidieron ir al sur con el fin de consolar a la pareja. Encontraron al señor Spafford y a su esposa gozando de la paz de Dios y diciendo: "Está bien; sea hecha Su voluntad."

Unos meses después, de nuevo en Chicago, el señor Sankey vio los versos de este himno y dijo: "Estas son palabras inspiradas. Este himno lo cantarán millones para su propio consuelo e inspiración."

La música del himno, escrita por Felipe Bliss, se titula VILLE DU HAVRE conmemorando el suceso doloroso que originó la letra consoladora.
El resto del himno según nuestro himnario, dice así:

coro
Esta bien... está bien...
Está bien con mi alma está bien.

Por más que Satán me tentare a mí,
En esto consuelo tendré:
Que Cristo, al ver cuán perdido yo fuí,
En la cruz por mi alma murió.


Pecado llevó, y las gracias le doy,
Completo el trabajo está;
Llevólo en la cruz y ya libre estoy,
¡Oh mi alma, bendice al Señor!

Qué viva por Cristo, y sólo por Él;
Y si yo muriese, bien sé
Que no temeré, porque Cristo es fiel
Y mi alma en su paz guardará.

Mas no es la muerte que espero, Señor,
La tumba mi meta no es,
Tu pronta venida, en tu tierno amor,
Esperando mi alma hoy está.
Escucha la música (haz clic aquí): Si paz cual un rio.mp3

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miércoles, 17 de octubre de 2012

Lo que el hijo pródigo recibió del Padre. 3ra parte.




2.-       ...un anillo,

    El anillo era símbolo de identidad y posición social, Santiago lo menciona en sus escritos, como preferencia entre el pobre y el rico con anillo. Stg 2:2; El otro ejemplo es el afligido Job, este recibió de sus amigos y familiares monedas de oro y anillo, como señal clara de que Dios le había restaurado a su posición anterior. Job 42:11. Espiritualmente hablando, el anillo representa la garantía de un compromiso adquirido. Pablo lo recuerda en 2Co 1:22  el cual también nos ha sellado,  y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. La palabra griega aquí para anillo es <arrabona>,  que era el anillo de compromiso. Nuestro Dios se ha comprometido con nosotros al darnos su Santo Espíritu, su compromiso va mas allá de lo recíproco, el es fiel aunque nosotros no lo seamos, su fidelidad es incondicional y eterna, el es y será fiel aunque nosotros no lo seamos. Lo menos que podríamos mostrarle es una reciprocidad a esa manifestación de amor y fidelidad. Si el hijo menor hubiese tenido esto presente, no habría dejado la seguridad de la casa paterna. ¿Estamos cumpliendo con este compromiso? Si tenemos esto presente en nuestra vida diaria, nada nos podrá separar  del lugar que nos corresponde en la casa del Padre.

3.-       ...calzado.

    El calzado era señal de dignidad y libertad, en los tiempos antiguos, solo los esclavos andaban descalzos. Cuando Dios ordenó a los antiguos a quitar sus calzados (Moisés, Josué, etc.), era señal del despojo de su propia dignidad y reconocer solo la dignidad de Dios, haciéndose cada uno de ellos como esclavos sometidos al ser Supremo. En el caso de este hijo menor, la diferencia es que él había perdido esa dignidad a causa de su mal comportamiento y no por orden de Dios. Debemos velar que nuestros calzados solo sea quitado cuando Dios lo ordena y no por nuestra mala conducta. En este sentido lo que le fue restaurado aquí tiene que ver con su propia autoestima, el padre le estaba devolviendo su condición de heredero, pasando de esclavo a hijo.

    En la Biblia se nos exhorta a mantenernos en movimiento en el camino estrecho que conduce hacia a Dios. En Gal 5:16  se nos recuerda que debemos andar en el Espíritu, negándonos a los placeres de la carne; En Efe 5:2  a andar en amor, como Cristo nos amó y Pablo escribe a los Efesios en Efe 5:8 a andar como corresponde a hijos de luz, llevando una vida completamente transparente ante el mundo que nos observa. Estas recomendaciones fueron hechas a creyentes, demostrándonos que podemos caer si nos descuidamos, no somos mejores que este hijo menor. Podemos permanecer fieles si mostramos diligencias a las cosas que hemos oído. Heb 2:1.

4.-        ...el becerro gordo.

    El Padre no solamente satisfizo sus necesidades visibles y externas, tales como el calzado, ropas y anillo. Sino que también suplió las necesidades intangibles a los ojos de los demás, este muchacho venia hambriento, la provincia apartada no había podido satisfacerle a plenitud su hambre. Y el Padre consiente de esta necesidad, quiere llenar este vacío, y no de cualquier modo. Manda a sacar el becerro gordo, preparado para una ocasión especial. Así mismo Dios, es el único que puede llenar el vacío que el pecado y la traición de este mundo nos ha dado como alimento. El ha sacrificado a su propio Hijo, Jesucristo, para saciar el hambre espiritual que teníamos de Él. Solo Jesús puede llenar el alma vacía y hambrienta de Dios.

    El becerro escogido era el gordo, demostrándonos la intención de este Padre de que nadie se quedara a medias en su necesidad de alimento. La provisión que hemos obtenido con la muerte de Cristo en la cruz es completa, el Señor le dijo a la Samaritana, el que bebiere del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás; también se presento como el pan de vida del que comiere nunca más tendrá hambre. ¿Has probado de este alimento divino? Hasta que no lo hagas no sabrás lo que significa la verdadera satisfacción en Dios.

NO NECESITAMO SALIR DEL SENO DEL HOGAR PATERNO PARA VALORAR LO  QUE EL PADRE CELESTIAL NOS HA DADO. PENSEMOS LO QUE TENEMOS HOY PARA  RETENERLO CON GRATITUD. VALORANDOLO CADA DIA.

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