Tal vez sea una de las historias más conocidas del Antiguo Testamento, pero no por ello, cada vez que la leo me deja enseñanzas asombrosas que debo compartir con ustedes. Una de estas lecciones es sobre la actitud de David luego de cortarle la cabeza al gigante Goliat. El pasaje de 1 Sam cap. 17 nos menciona en tres ocasiones la actitud de David con la cabeza de este Gigante: (Vrs. 51; 54; 57). (Haz clic sobre las citas para leer el verso).
Lo primero que debo mencionar es que no es casualidad que David sea una figura clara de nuestro libertador que vendría posteriormente, nuestro Salvador Jesucristo. Bien se dijo de nuestro postrer Adan que El heriría a la serpiente en la cabeza, Gen 3:15, Tal y como lo hizo David con Goliat, En 1 Sam 17:51, se muestra como este pequeño pastor "se puso sobre el filisteo" y con la espada de Goliat le cortó la cabeza. Tal y como lo hizo nuestro libertador Jesús, El usó lo que nos había condenado (nuestros pecados), llevándolos sobre su propio cuerpo para conseguir así nuestra redención. Rom_6:6 dice: "sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado".
Aunque no se sabe con certeza por qué, David llevó la cabeza de Goliat hasta Jerusalén (v. 54 "Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén"). Quizás quería que fuera un escarmiento para los jebuseos; Que así como Goliat cayó, ellos algún día caerían también, cosa que tomó lugar luego, descrito en (
2Sa_5:6-10). Del mismo modo hay un precedente en la victoria de nuestro Señor, TODOS nuestros enemigos están vencidos y se exhiben públicamente (
Col 2:15), demostrando que somos más que vencedores (
Rom 8:37) con la victoria de Cristo.
Finalmente en el verso 57, el general Abner, toma al triunfante David y lo lleva a la presencia del rey Saúl y una vez más encontramos la frase "teniendo David la cabeza del filisteo en su mano". Y yo veo aquí una preciosa figura de la trascendencia de la obra que Cristo ha realizado por nosotros en la cruz. El se ha ganado el derecho, como hombre-Dios, por su muerte, de sentarse en el trono ya culminada su obra redentora, así nos lo muestran estos versículos: Heb 8:1 " ahora bien el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la majestad en los cielos" y Heb 12:2 " puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios".
Por toda la eternidad recordaremos lo que nuestro Rey y Redentor ha hecho por nosotros. No solo nos ha redimido de todos nuestros pecados, llevándolos sobre su cuerpo en la cruz, sino que nos hace más que victoriosos, que más podemos pedirle? GLORA sea a El por los siglos de los siglos. Amén.
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