“esta
es la voluntad de Dios”.
La
voluntad de Dios reviste de una importancia trascendental en las sagradas
escrituras, tanto que fue el mismo Señor Jesucristo quién nos dio el ejemplo a
seguir en este tema. Por eso citaremos algunas referencias relacionadas con su
persona y el tema que hoy nos ocupa.
La
voluntad de Dios se menciona al comienzo de la oración modelo, “hágase tu
voluntad en el cielo así como en la tierra”. Mt 6:10, Lc 11:2.
Fue
la comida predilecta del Señor, prefiriendo hacer la voluntad del Padre antes
que alimentar su cuerpo. “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió”
Jn 4:34.
Nunca
buscó hacer su propia voluntad, sino que estuvo en una constante búsqueda de
ella. “No busco mi voluntad sino la voluntad del que me envió, mi Padre”. Juan 5:30; Jn 6:38-40.
Y
aún al final de sus días estando en Getsemaní escogió hacer la voluntad del
Padre. “pero no se haga mi voluntad sino la tuya” Lc 22:42; Mt 26:42.
Y
esta sujeción a la voluntad del Padre ha tenido como resultado que hoy seamos
hijos de Dios gracias al “puro afecto de su voluntad”. Efe. 1:5.
Ahora
si el Maestro y Señor buscó siempre la voluntad del Padre. ¿Cuánto más
nosotros?
Seguidamente
se nos plantea la siguiente pregunta: ¿Qué es hacer la voluntad de
Dios? En el Nuevo
Testamento encontramos algunas respuestas al respecto.
ü hacer la
voluntad de Dios es
una señal de identificación con Cristo.
El
Señor les respondió a los que le dijeron que le buscaban su madre y sus
hermanos. “Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios ese es mi hermano, mi
hermana y mi madre”. Mr 3:35, Mt 7:21; 12:50.
ü hacer la
voluntad de Dios es
una garantía de que Dios nos oye.
En
tanto a lo que representa cumplir la voluntad de Dios en relación a la atención
que Él nos puede prestar tenemos que aunque no oye a los pecadores, si alguno
hace su voluntad a ese oye. Jn 9:31. Si esto es así para los pecadores ¿cuánto
más para sus hijos a quienes ama y cumplimos su voluntad?
ü hacer la
voluntad de Dios es una experiencia personal.
En Romanos 12:2(b) se nos dice. “que comprobéis cual sea la
voluntad de Dios, buena agradable y perfecta”. La palabra comprobar significa
experimentar o poner a prueba, en otras palabras aprendiendo por experiencia.
Es la misma palabra usada en Ef. 5:8-10
“comprobando lo que es agradable al Señor” y Lc. 14:19 he comprado cinco yuntas
de bueyes y voy a probarlos”.
La expresión “la voluntad de Dios también
puede traducirse “Lo que Dios desea”.
El pasaje arriba citado indica dos
verdades fundamentales en la vida del creyente: primero Dios tiene un plan para
nuestra vida, plan que Él quiere que descúbranos. Y en segundo lugar solamente
los que se rinden a Él rehusando amoldarse a este siglo, pueden descubrir esa
voluntad.
ü
hacer la voluntad de Dios se desarrollará de forma progresiva en
cada creyente.
Cualquiera pudiera pensar que es
imposible llegar a la perfección en cuento al conocimiento pleno de la voluntad
de Dios. Pero en Romanos 12:2 encontramos tres estados ascendentes en el camino
hacia el conocimiento de Su voluntad y hacia esa perfección.
Es buena para nosotros ya que procede de la
voluntad de un Dios bueno y Él siempre quiere lo mejor y lo bueno para
nosotros.
Es agradable ya que nuestro Dios se complace cuando
cumplimos su voluntad agradándole a Él.
Y siendo una voluntad perfecta en si misma ya
que proviene de un Dios que es perfecto en esencia y que además el cumplimiento
de su voluntad nos hace perfectos en El. Como Epáfras oraba por los Colosenses-
Col 4:12(b) “para que podáis estar firmes, perfectos y plenamente seguros en
toda la voluntad de Dios”.
Pero como si lo anterior no fuese
suficiente ahora mostraremos las respuestas a una nueva incógnita ¿Cuál
es la voluntad de Dios para mí? A lo que la sagrada escritura responde “esta
es la voluntad de Dios”. Esta frase se repite al menos en tres ocasiones
en el Nuevo Testamento (RV actualizada).
Ø
LA
VOLUNTAD DE DIOS ES NUESTRA SANTIFICACIÓN. 1ª Tes 4:3. ”Porque esta es la
voluntad de Dios: nuestra santificación”.
En toda la Biblia encontramos que la
palabra santificación significa la misma cosa “separación”, esto relacionado
con personas o cosas. En cuanto a lo relacionado con personas existen tres
estados significativos:
a.- Santificación Posicional: En cuanto a su posición los creyentes
hemos sido eternamente separados para Dios mediante la obra de redención. Heb
10:10. Posicionalmente desde el momento de nuestra conversión a Dios somos
“Santificados y santos”. 1ª Co 1:2, en Heb 3:1 también encontramos esta
declaración.
b.- Santificación Personal: En cuanto a la experiencia personal del creyente este está siendo santificado por la obra del Espíritu Santo mediante
las escrituras. Jn 17.17. “Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad”, y
en Efe 5:26 “para santificarla
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”.
c.- Santificación Perfecta: Para su consumación futura la completa
santificación de creyente espera la segunda venida del Señor a la tierra. 1ª Jn
3:2 “Cuando Él se manifieste seremos semejantes a Él”.
Ø
LA
VOLUNTAD DE DIOS ES QUE SEAMOS
AGRADECIDOS 1ª Tes 5:18 “Dad gracias en
todo, porque esta es la voluntad de Dios”.
Hay 43 referencias en las epístolas de
Pablo a la acción de dar gracias. Estas podían resumirse en la declaración de
Efe 5:20 ”Dando siempre gracias por todo
al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
Durante su vida terrenal encontramos al
Señor en cuatro ocasiones dando gracias, cada ocasión nos muestran en que
momentos en nuestra vida debemos ser agradecidos:
a.
Dando
gracias por un servicio cumplido. Mt 11:25-30 “Te alabo Padre Señor del cielo y
de la tierra”, Lc 10:24. Al regresar la comisión de los 70. La eexpresión "Te alabo" es lo mismo que decir "te doy gracias".
b.
Dando
gracias por los alimentos. Mt
15:36 “Y habiendo dando gracias los partió”. En la alimentación de los 4000.
c.
Dando
gracias por los símbolos de la mesa. Lc 22:19 “Entonces tomo pan y habiendo dado gracias lo
partió”. En el aposento alto al instituir la mesa del Señor.
d.
Dando
gracias en las circunstancias difíciles. Jn 11:41 “Padre te
doy gracias porque me oíste”. En la resurrección de Lázaro.
Como siempre el Señor es nuestro gran
ejemplo a seguir.
Ø
LA
VOLUNTAD DE DIOS ES QUE HAGAMOS EL BIEN.
1ª Ped 2:15 “Porque esta es la voluntad de Dios que haciendo el bien
hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos. Podremos preguntarnos ¿Qué es hacer el bien? Esta respuesta la
encontramos en el verso 17 de este capítulo 5 donde se nos dice. “Honrad a
todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey”. A continuación
desglosaremos estos cuatro grupos de personas a los que debemos hacer el bien.
§
Honrad
a todos: El
significado de este verbo en griego es “fijar un precio o valorar” debemos ver
a todas las personas bajo la valoración de Dios. Este es el mismo verbo usado
en Mt 15:4; 19:19. Este mandamiento no es una generalidad sino el acto cuando
surge la ocasión, aquí el verbo no está en presente continuo sino en aoristo, lo que indica una acción puntual.
§
Amad
a los hermanos: Se
puede leer literalmente como “la hermandad seguid amando”. La hermandad es uno
de los términos que usa Pedro y que podemos aplicar a las iglesias en la
actualidad. Pedro no usa este término al referirse a la iglesia local a la que
le escribe. De nuevo tenemos el termino mas elevado para la palabra amor
(agapaó). Se utiliza para describir el amor que Dios nos ha manifestado,
demostrando que la escala debe ser la medida de
Dios, Él nos ama a pesar de lo
que somos, de este mismo modo debemos hacerlo con nuestros hermanos.
§
Temed
a Dios: No es un
llamamiento a tener miedo de Dios o a sentir terror de Él, sino a
entristecerte al deshonrarle, en santa y maravillosa reverencia, temor a desagradarle.
§
Honrad
al rey: debe ser una
actitud continua, recordemos que fue Nerón el emperador en los tiempos de
Pedro. En los tiempos actuales no es conveniente al testimonio del evangelio
hablar mal de los que gobiernan a la nación. Podemos honrar al rey o gobernante
obedeciendo a la exhortación a que se “hagan rogativas, oraciones, peticiones y
acciones de gracias”. 1ª Tim 2:1-2. El cristiano tiene más poder para ayudar a
su país en el salón de oración que en la mesa de votación. Cualquiera puede
anular un voto pero nadie puede anular sus oraciones.
Así que preguntémonos. ¿Cual de estos puntos estamos cumpliendo?
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Este tema tiene relación con: La llenura del Espíritu Santo. (haz clic aquí para escuchar o descargar).
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