La Orotava, 05/05/2014.
Juan 4:4 Y le era necesario pasar por Samaria. (RV60).
Estudiando la historia de la mujer
Samaritana, hace unas semanas atrás, observé que existen varias actitudes o
cosas que esta mujer tuvo que dejar o cambiar, producto de su encuentro con el
Señor, veamos cuales son.
1.- Sus prejuicios: Juan 4:9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo
judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos
no se tratan entre sí, (RV60).
A esta
mujer solo se le conoce como “la mujer
Samaritana”, el escritor no nos da su nombre de pila, no sabemos la
razón; Pero lo que si queda claro era que personalidad tenía. La primera
respuesta que ella da al Señor deja en evidencia la discriminación racial que
existía por parte de ella. A pesar de su actitud y del peso social que existía,
ya que Juan deja claro que “Samaritanos y Judíos no se tratan entre sí”, vemos
el interés del Salvador por pasar por aquella región (vrs. 4:4), esta situación
no se interpuso entre Jesús y ella.
A parte que socialmente ver a un hombre y
una mujer hablando a solas era mal visto “Juan 4:27 En
esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer…”.
El Señor rompe todos los moldes establecidos y va por aquella mujer necesitada
de Dios, y dispuesto a derribar los muros impuestos hasta ese momento,
obstáculos que impedían que ella tuviese un encuentro con su Salvador.
El Señor quería dejarle claro que para
conocer realmente al Salvador del mundo era necesario dejar de lado todos sus
prejuicios.
2.- Su visión de la realidad:
Juan 4: 13 Respondió
Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; (RV60).
Al igual que Nicodemo esta mujer estaba
entendiendo el tema del nuevo nacimiento de una manera literal. Jesús le ofrece
agua viva y ella cree que está hablando del agua de aquel pozo. Ella necesitó
cambiar su perspectiva de las realidades que estaba escuchando. El asunto era
espiritual y no material. Así mismo nosotros, cuando nos acercamos a Dios en un
encuentro para salvación, debemos entender que estamos moviéndonos en un
terreno espiritual, intangible. Si queremos conocer al Salvador de manera
personal es necesario que cambiemos nuestra percepción de nuestra realidad.
Algunos buscan a Dios solo por sus necesidades materiales dejando de lado las
necesidades que realmente son prioritarias. Para tener un encuentro personal
con Dios debes cambiar la percepción de tu realidad ante el Creador. Debes reconocerte
pecador y beber de la genuina agua que salva, Jesús mismo.
3.- Su auto
suficiencia: Juan 4:15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que
no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. (RV60).
A pesar de lo anterior ella seguía sin
entender de que le estaba hablando este judío que se había acercado a ella, Estaba
habituada a sacar agua de aquel pozo a la hora que no era común para las
mujeres (Juan 4:6 “era como la hora sexta”) más o menos desde las 12 del mediodía hasta las 3 de la tarde, esto
denotando una clara discriminación social ya que la hora habitual de sacar agua
era por la mañana, antes de que el calor del día aumentara. Tal vez esta sea la
causa por la que ella había armado un muro que le aislaba de todas estas cosas
desagradables para ella y le había llevado a creerse auto suficiente, viendo al
Señor como uno que podía resolverle el problema de venir todos los días a
buscar agua. Ella necesitaba dejar de lado su presunción de mujer dura y
rendirse a los pies del Maestro.
4.- Su vieja vida: Juan 4:16-18 Jesús le dijo: Vé, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la
mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque
cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho
con verdad. (RV60).
El Señor por fin toca la llaga de aquella
mujer, herida por la vida dura que hasta ese momento había llevado y descubre
el resultado de haber vivido a espaldas de Dios. Le muestra su realidad con
muchos hombres, realidad que ella misma aceptaba ya que admite que no tenía marido.
Para comenzar una nueva relación con Dios era necesario dejar de lado la vida
pasada de pecado y olvido que hubiésemos llevado, entretenidos por una religión
o filosofías humanas que nos alejan de la genuina realidad. Ella admitió que
necesitaba un cambio en su manera de vivir, reconociendo que no tenía marido. Y
esto era lo que Jesús quería.
5.- Su antigua
adoración: Juan 4:20-26 Nuestros
padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar
donde se debe adorar. (RV60).
Para los judíos hasta el día de hoy el único
lugar donde se debe adorar a Dios es en Jerusalén, para ellos el lugar más
santo de la tierra, y para los Samaritanos el lugar donde se debía adorar a
Dios era en monte Gerizín. Y Jesús le muestra el cambio que se dará a esta
forma de ver la adoración a Dios. Desde la muerte del Señor la forma como Dios
ha administrado su relación con la humanidad cambió. Ha surgido un nuevo género
en la raza humana, la iglesia de Dios. Cada creyente en Cristo puede elevar su
voz, sus pensamientos y meditaciones de una manera libre y abierta en cualquier
lugar del planeta, con la plena seguridad que su alabanza y adoración serán escuchadas.
La Samaritana necesitaba cambiar su visión de relacionarse con Dios, y estaba
ante el único que podía cambiar eso. Jesús mismo.
6.- Su cántaro:
Juan 4:28 Entonces la mujer dejó su
cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: (RV60).
La última cosa que vemos aquí que esta
mujer dejó era la razón por la que ella había acudido a aquel lugar, era el
instrumento que suplía su necesidad material, sin su cántaro era imposible
sacar agua del pozo, eso se lo dejó claro al Señor, “no tienes como sacar el
agua”. Sin embargo lo que ella había encontrado era mayor que cualquier cosa
material que hasta la fecha había ocupado los primeros lugares en su vida. Ella
había encontrado al Mesías prometido por los profetas en la antigüedad, y esto
no se veía todos los días. Al dejar su cántaro estaba desplazando las cosas
materiales por las que realmente eran importantes, las espirituales. Había
encontrado al Salvador de la humanidad y todo lo demás palidecía ante tal
hallazgo. El Señor mismo se lo declara “el que habla contigo es”. Y esta
declaración le hizo cambiar su visión de lo que era realmente importante en la
vida. Y estaba claro que su cántaro ya no lo era.
Cuando estamos dispuestos a desprendernos
de todas las cosas banales, por muy importantes que estas sean, estaremos a un
paso de encontrarnos con el que puede llenar todas y cada una de nuestras
necesidades. Solo Cristo puede satisfacer al alma sedienta de Dios y abatida
por la carga del pecado. Solo es necesario que al igual que esta Samaritana
estemos comprometidos a dejar todo para seguir a aquel que lo dio todo por
salvarnos. JESUCRISTO. Rinde tu voluntad a Él y cambiarás desde ese mismo
instante para bien. Que así sea.
Esta sección tiene como meta, presentar información oportuna, interesante
y hasta curiosa para el conocimiento sobre la Biblia, la poderosa palabra de Dios.
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