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La Orotava, Sta. Cruz, 05/05/2013.
En la Biblia se considera que el sufrimiento es un intruso en este mundo creado. La creación en sus orígenes "era buena en gran manera" y no había en ella ningún rastro de dolor, (Gen 1:31). Pero cuando entró el pecado, entró también el sufrimiento en forma de conflicto, dolor, trabajo y muerte (Gen 3:15-19), y todo esto como consecuencia de la desobediencia de nuestros primeros padres. Así que en sus orígenes el sufrimiento a sido el resultado de no atender la voz de Dios y de no obedecerle.
Pero esta tradición nefasta se hizo costumbre a medida que se
escribía la historia de la humanidad, por la sencilla razón de que en nosotros
no mora el bien, sino que por el contrario somos propensos a desviarnos de
manera consciente o inconsciente del camino de rectitud y santidad que el Creador
nos a dejado en su palabra, la Biblia. El pueblo de Israel es un ejemplo
notable en la historia del Antiguo Testamento, cuando este hacia lo bueno
delante de los ojos de Dios sus vidas eran prosperadas, pero cuando
desobedecían a los mandamientos divinos eran entregados a sufrir en manos
de sus enemigos. Esta visión del sufrimiento como resultado del pecado cometido
la vemos claramente reflejada en el libro más antiguo de la Biblia (Job), Job
recibe de sus "amigos" toda clase de exhortaciones al arrepentimiento
para que su sufrimiento desaparezca, cuando en realidad este era un ejemplo de
rectitud y entrega a Dios. Lamentablemente en la actualidad esta cultura aún
sigue arraigada en algunos creyentes, quienes atribuyen el dolor y penurias al
pecado cometido, nada más lejos de la realidad.
En el Nuevo Testamento la visión respecto al sufrimiento cambia
radicalmente y más cuando lo relacionamos con la persona bendita de nuestro
Señor Jesús. De él se dice que es el varón de dolores, el experimentado en quebrantos
(Isa 53:3) y sabemos que en el no hubo pecado alguno, por lo tanto no estaba
expuesto a las consecuencias que este traía sobre la humanidad. Todo lo que
el tuvo que padecer fue como nuestro sustituto, pagando lo que nosotros debíamos
sufrir. Por esta razón se le llama el siervo sufriente, uno que sirve a otro
por medio del dolor. A veces se nos hace difícil reconocer que nuestro
bienestar espiritual pasara por el sufrimiento de Cristo, pero esto no solo es
así sino que él mismo admitió esta necesidad (Lc 24:26, Mt 16:21, Lc 13:33), no
en vano Juan el bautizador le señaló como el cordero sustitutivo de Dios
entregado a la muerte.
Ahora, considerando lo anterior ¿que papel desempeñamos nosotros los creyentes a día de hoy en
relación con el sufrimiento? Jesús dijo a sus discípulos que el precio a
pagar por seguirle pasaba por tomar "su cruz"y no se refería a la
cruz de madera en la que le crucificaron, estaba hablando de los sufrimientos
propios e individuales que conllevaba identificarse con Él., haciendo mención
incluso a la indignidad del que no se decidía a tomar esta señal de dolor y
muerte como lo era la cruz (Mt 10:38, 16:24). Jesús invitó a un joven rico a
que tomará su cruz personal y le siguiera (Mr 10:21). También resaltó el hecho
de que esta actitud sufriente de identificación con la cruz personal, debía ser
cotidiana, resaltando la frase: "cada día" (Lc 9:23). Para Pablo la
cruz de su Señor representaba el único modo de gloriarse (Gal 6:14). Y
finalmente Pedro llama a los hermanos judíos expatriados a sufrir por el
nombre de Cristo (1 Pe 2:21).
De manera que el sufrimiento existirá en nuestras vidas hasta que
el Redentor de nuestras almas Jesucristo, vuelva por segunda vez para extinguir
definitivamente este flagelo. En la tierra nueva y los cielos nuevos que Juan
describe en su último libro, será eximida de todo sufrimiento. Ap 21:4
"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron".
Hay una esperanza para el genuino hijo de Dios que lo que padecemos en
este mundo será transitorio, pero para los que hasta ahora le han rechazado,
será tan solo el comienzo de un eterno sufrimiento.
Vale la pena sufrir hoy de manera temporal, sabiendo que en un
futuro no muy lejano la dicha y la gloria nos acampanarán junto a nuestro
Salvador Jesús. ¿Tienes esta
convicción en tu vida? Si no es así te invito a que rindas tu voluntad al
salvador de la gloria, quién se rindió al dolor de la muerte de cruz para que tu
lo disfrutes con Él por toda la eternidad.
Esta sección tiene como meta, presentar información oportuna,
interesante y hasta curiosa para el conocimiento
sobre la Biblia, la poderosa palabra de Dios.
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para que otros también sean bendecidos.
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