viernes, 24 de octubre de 2014

Algunos lugares donde Jesús enseñaba.


                     
 La Orotava, Tenerife, España.

                      Jesús enseñando.

    Uno de los  propósitos en el ministerio del Señor fue el de enseñar, mostrarnos no solo el mensaje de salvación a la humanidad del Padre sino revelarnos a la primera  persona de la trinidad. “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” dijo en una ocasión. Y este ministerio de enseñar lo cumplió con mucha regularidad en medio de su pueblo, Mar 10:1 destaca que “enseñaba como solía”, según su hábito regular.

    Pero si lo anterior es llamativo no menos lo son los lugares donde ejercía esta práctica, y encontramos por lo menos tres lugares donde se nos revela que Jesús llevó a cabo este ejercicio de la enseñanza, demos un vistazo a algunos lugares.

a. En el templo:
    Encontramos al menos seis referencias en los evangelios que nos dicen que el Señor frecuentaba la casa de Dios para enseñar. Mr 14:49, Mt 26:55(b) “cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo”; Mr 12:35 “Enseñando Jesús en el templo, decía”; Lc 20:1 “…enseñando Jesús al pueblo en el templo”; Jn 7:28 “Jesús entonces, enseñando en el templo”; Jn 8:20 “Estas palabras habló Jesús …enseñando en el templo”. Creo que no era casual la escogencia del lugar para enseñar. El templo era el sitio donde los judíos acudían en busca de una reconciliación con Dios por medio de las ofrendas y además era el punto donde convergían las masas para  las distintas celebraciones religiosas. Así que si querías hacer llegar a más gentes tu mensaje, nada mejor que el templo.

b. En la Sinagoga:
    Del mismo modo que en el templo, el Señor escogió a las sinagogas, para hacerse escuchar. Y es que este era el lugar donde los judíos se reunían para estudiar y oír de la Torah, los Salmos y los profetas. Si en el templo se recibía la reconciliación en la sinagoga se buscaba la edificación espiritual, y ¿qué mejor lugar para que el constructor espiritual de nuestras almas hiciera su obra reparadora? Las referencias que encontramos sobre este asunto son: Mt 4:23 “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos”; Mt 9:35 “enseñando en las sinagogas de ellos”, así como en Jn 6:59 y Lc 5:17.

c. En las ciudades, aldeas y pueblos:
    En Mr 6:6 “Y recorría las aldeas de alrededor enseñando” también lo encontramos en Lc 13:22; 23:5, Mt 9:35. Esto nos demuestra claramente que el Señor no solo acudía a los lugares donde se congregaba mucha gente, sino que buscaba de una manera itinerante a las personas que necesitaban de Él y de su mensaje.

    La lección para nosotros hoy en día es clara, debemos cumplir con regularidad y fidelidad el ministerio que hemos recibido del Señor, anunciar las buenas nuevas de salvación al mundo. Así como el ejercicio de nuestros dones en medio del pueblo de Dios. Y esto debemos hacerlo no solo en las iglesias donde nos reunimos habitualmente, sino en los lugares donde nos desenvolvemos de forma secular. Algunos piensan que la iglesia no es el lugar para evangelizar  a los que no conocen a Dios. Y esto es un error, el Señor mostraba el evangelio en el templo y en las sinagogas, lugares marcados como centros donde Dios estaba, tal cual lo es hoy en día la iglesia. No busquemos escusas para no invitar a nuestros conocidos a las reuniones de predicación con corte evangelístico. En otras iglesias, por lo menos donde sé en España, ni siquiera tienen en su itinerario semanal una reunión de ¡evangelización!, a diferencias de alguna que otra que lo celebra anualmente, salidas donde se tienen actividades pseudo evangelísticas donde se canta, se hacen obras de teatro y mimos para los niños. ¿Será esto suficiente teniendo en cuenta que anunciamos un mensaje de muerte o vida con consecuencias eternas?

    Pero el Señor nos muestra también lo urgente de cumplir de manera itinerante este ministerio. Y es que él iba hasta aquellos que no podía venir a Él. Recorría las ciudades, aldeas y pueblos sanando, y dando restauración material y espiritual a todos los necesitados. Incluso hasta dentro de algunas casas donde fue invitado, la casa de Lázaro, María y Marta así como la casa de Pedro. Pensemos pues como y donde estamos desempeñando la encomienda que hemos recibido del Señor, él dijo: “ejemplo os he dado” y Pablo nos recuerda hasta hoy que prediquemos a tiempo y fuera de tiempo.
Jesús le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti”. Marcos 5:19.


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