jueves, 28 de agosto de 2014

Fábula o Verdad, ¿Cuál debes creer?

    Hablando en términos generales a la gran mayoría de personas les gusta que se les mienta aunque sea tan solo por  10 minutos, basta con ver como se disparan las ventas de los diarios de circulación masiva al aparecer noticias fantasiosas e inverosímiles. Tal vez sea por esta razón que encontramos en la cultura popular de varios países historias tales como pie grande o el monstruo del lago Ness y siguiendo mas allá de lo racional cuentos de personas que son mezcla de humanos y reptiles,  sin dejar de mencionar el clásico avistamiento de extraterrestres. Esta forma de invención de nuestra propia realidad y transmitida muchas veces a mucha gente, puede por lo menos crear a un gran numero de personas la posibilidad de dudar desviando su atención de la genuina verdad.
    La cultura judía de la Biblia no quedada exenta a este tipo de pensamiento transmitido de generación en generación, es por ello que en las sagradas escrituras también encontramos como la sociedad de la Biblia manifiesta en algunos pasajes de ella este tipo de creencias. A continuación señalaremos algunas de ellas:
    La primera leyenda que mencionaremos será  la que Pablo nos declara en 1 Co. 10.4 "todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo".
"...porque bebían de la roca espiritual que los seguía", esta expresión revela una creencia del pueblo de Israel en su paso por el desierto, luego de su salida de Egipto. Dios les había dado agua de varias maneras, entre algunas de ellas estaba la que había salido de la roca. Sin embargo ellos creían que había una roca que les seguía en su paso por el desierto y que esta roca era la que les suministraba el agua. Esta leyenda  se había transmitido de generación en generación hasta los tiempos de Pablo. El apóstol no argumenta vanamente esta falsa creencia sino que apropiadamente la aplica a Cristo, que es a quien todos debemos mirar.

    Seguidamente el evangelista Juan nos relata en el capitulo 5 verso 4, otra leyenda mas. "Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua".
Esto era otra leyenda urbana, era lo que querían creer, lo que habían escuchado tal vez de sus abuelos y padres algo mas o menos parecido con lo que ocurre con la religión popular en nuestros días, es la herencia recibida de los errores de nuestros padres o abuelos.
La expresión antes señalada, no aparece en los textos griegos originales, recordemos que la esencia de los pergaminos era preservada a través de la transcripción de estos rollos que se escribían a mano de una generación a otra. Uno de los escribas encargados de transcribir este texto, colocó esta frase como una nota aparte. El siguiente traductor al llegar a este pasaje asumió que esta nota era parte del texto original y lo añadió, y asi fue como quedo incluido hasta hoy.

    Hechos 12.15 "Y ellos le dijeron: estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!" Los judíos creían que todos teníamos un ángel exactamente igual que nosotros, algo parecido a lo que escuchamos hoy en día de el ángel guardián. Ellos estaban orando por que Pedro fuera liberado y no creyeron las palabras de Rode, prefirieron creer la leyenda a la verdad que tocaba a su puerta. La respuesta a sus oraciones les tocaba y no creían.
De la misma manera creían que la ley dada por Dios a Moisés fue entregada por medio de ángeles, para los Judíos era imposible que el Dios que ellos conocían Santo y Temible se presentara delante de Moisés y le entregara las tablas de la ley como lo hizo. Esta afirmación se desprende del discurso dado por Esteban en Hechos 7. 38, donde leemos: " Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí...".

     Así mismo creían que el espíritu de las personas al morir vagaba durante tres días en los alrededores donde había fallecido, hasta que, según ellos, un ángel se hacía cargo de su espíritu trasladándolo al más allá. Seguramente por esta razón encontramos en el relato de Juan 11, que el Señor retrasó su llegada al funeral de Lázaro. Así como vemos en el relato de los discípulos camino a Emaús después de la muerte del Señor como ellos dicen: "a demás hoy es ya el tercer día..." Luc 24.19-21 Ellos pensaban que el espíritu podía volver al cuerpo durante los tres primeros días después de la muerte.

    Como vemos la leyenda ha estado ligada a la cultura e idiosincrasia de los pueblos desde tiempos remotos, pero esto no es lo más importante. Lo que debemos considerar es que estas leyendas no nos desvíen de la genuina verdad que encontramos en la Biblia, la auténtica palabra de Dios. El apóstol Pablo recomienda a Timoteo en tres ocasiones que evite las fábulas (1Tim 1:4; 4:7; 2Ti 4:4); Así mismo Tito nos advierte a cerca de este tema Tito 1:14 y el apóstol Pedro se suma a la exhortación  en 2 Ped 1:16.

    Es por eso que cabe la pregunta:  ¿a que estas creyendo, a la leyenda o a la verdad?, Jesús dijo: "Yo soy la verdad", a Él es a quién debes creer. 


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