domingo, 16 de septiembre de 2012

Costumbres del Señor dignas de imitar. txt


La Orotava, Sta. Cruz, Tenerife, 16/06/2007.
San Juan, Vegueta, Gáldar , Gran Canaria.
Gran Tarajal, Fuerteventura,  09/01/2011.



Costumbres del Señor dignas de imitar.

    Los estadistas, esos que estudian los números, dicen que para que una actividad se haga costumbre se debe practicar consecutivamente al menos unas 120 veces de manera sostenida en el tiempo. Y esa afirmación se cumple en la vida real, lo he experimentado de alguna manera personalmente. En el caso de la vida del Señor Jesucristo, los evangelistas nos narran como su ministerio público fue un ejemplo de constancia y fidelidad. De las 12 veces que aparece esta palabra "costumbre" en el Nuevo Testamento, en los evangelios solo aparece  4 veces (Luc 1:9, Luc 2:42, Luc 22:39, Jua 19:40) y estas en relación con el ejercicio sacerdotal, las fiestas religiosas y la sepultura. dándonos a entender que la sociedad en la que tuvo que vivir nuestro Señor, fue una sociedad costumbrista, apegada a ritos y tradiciones.
La vida y ministerio del Señor se vio respaldada no solo con lo que decía sino también con lo que hacía, Él nos dio el ejemplo con sus palabra y con sus hecho es por eso que Lucas dice en Hch 1:1, "estas cosas comenzó Jesús a hacer y a enseñar", mostrándonos  que no solo debemos vivir una vida en Cristo llena de palabras, sino que esa vida debe estar salpicada de muchos hechos que respalden nuestras voces.
Seguidamente mencionaremos algunas costumbres del Señor en las que haríamos bien imitarle.

a.-     Era su costumbre cumplir su ministerio: Mar 10:1 dice " Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. Una de las razones por las cuales el Señor había venido a la tierra, era revelarnos al Padre, Felipe le dijo en una ocasión muéstranos al Padre y nos basta. El Señor le dijo. "el que me ha visto a mi, ha visto al Padre", y esta actividad de revelación la hacía acercándose a su pueblo, en contacto con la gente, sanando enfermos, salvando almas, y ensenando las verdades ocultas de Dios. Y como no podía ser de otra manera siendo constante en su servicio al los demás, Marcos destaca la frase "como solía"  dando muestra de su consecuencia en la labor prestada. Ahora cualquiera pudiera pensar que no todos tenemos la capacidad de enseñar y así es, pero la consideración aquí no es esa. Debemos pensar cual es el ministerio que Dios me ha dado en medio de su pueblo (la Iglesia donde me reúno), ¿para que soy bueno en el servicio a Dios?, ¿cual es el don que Él me dio? y como debo ejercitarlo fielmente y de manera consecuente. Pida a Dios en oración que le muestre para que es usted útil en su ministerio.  Dios le ha salvado entre otras cosas para que le sirva.

b.-     Era su costumbre orar: Luc 22:39  Y saliendo,  se fue,  como solía,  al monte de los Olivos;  y sus discípulos también le siguieron. 22:40 Cuando llegó a aquel lugar,  les dijo: Orad que no entréis en tentación. Una de las actividades en donde los creyentes fallamos más en cuanto a ser consecuentes, es en la oración. Le buscamos generalmente cuando las cosas se ponen difíciles, usamos este recurso como última opción a tomar. Solo basta con ver lo poco concurrido que son hoy en día nuestras reuniones de oración, si es que la tenemos en nuestra iglesia de reunión. Pero sin embargo poco escuchamos mencionar que es el mismo Señor que nos da el ejemplo de esta práctica de orar, y una vez más el evangelista Lucas resalta la misma frase "como solía", destacando el hecho de constancia y consecuencia que el Señor ponía en esta acción. El Señor de la gloria no tenía necesidad de tener en su vida personal esta práctica, la de orar; sin embargo estoy seguro que lo hizo para darnos ejemplo.  ¿Cómo son nuestras conversaciones con el Señor? y más aún, ¿están sostenidas en el tiempo?
Los evangelistas nos muestran tres tipos de oraciones de las que el Señor hizo su costumbre:
·         Oración Privada.
Mat 14:23  Despedida la multitud,  subió al monte a orar aparte;  y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
·         Oración en Pareja.
Mat 18:19  Otra vez os digo,  que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren,  les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
·         Oración Pública.
Luc 9:28  Aconteció como ocho días después de estas palabras,  que tomó a Pedro,  a Juan y a Jacobo,  y subió al monte a orar.
Sea como sea nuestra oración, que sea hecha de manera constante y habitual, por necesidad o gratitud, o que solamente baste la imperiosa necesidad de comunicarnos con aquel que nos ha dado su ejemplo.

c.-     Era su costumbre congregarse: Luc 4:16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre y se levantó a leer.
Aunque la iglesia aún no estaba constituida, el Señor ya estaba dando ejemplo de constancia en relación al hábito de congregarnos. Para un judío el punto de conexión entre sus hermanos y Dios era la sinagoga. La costumbre era reunirse los días de reposo (los sábados), y allí disfrutar de las enseñanzas y relación hermanable. Sin embargo si pensamos, en el caso del Señor, ¿Quiénes eran los que acudían a esta cita? Allí se hacían presente los  hipócritas religiosos de la época, los escribas y fariseos que en muchas ocasiones quisieron matar al Señor, y de los cuales Él mismo dijo que eran como sepulcros blanqueados. Sin embargo está no fue una razón para dejar de cumplir con esta hermosa costumbre. El Señor acudía a esta cita como era su hábito, de forma activa y consecuente, sin importarle a quienes se encontraría allí. Ahora, no es verdad que lo primero que piensa un hijo de Dios cuando se ve relacionado en calumnias y chismes, es decir no voy más a la iglesia. Como si Dios fuese el culpable de tal situación. Aquí se nos deja de mano del mismo Maestro, cual debe ser nuestro comportamiento cuando esto nos ocurra. Asistir como de costumbre a la cita que tenemos con Dios en el lugar que Él ha escogido para que su pueblo se reúna.
Dios nos da en su palabra tres "porque" debemos congregarnos, y que de no hacerlo pudiéramos estar perdiendo:
 Para recibir bendición.
Sal 133:1   ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es  Habitar los hermanos juntos en armonía! 133:3  Como el rocío de Hermón,  Que desciende sobre los montes de Sion;  Porque allí envía Jehová bendición,  Y vida eterna.
Para recibir protección.
Sal 84:10  Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.  Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,  Que habitar en las moradas de maldad. 84:11  Porque sol y escudo es Jehová Dios;  Gracia y gloria dará Jehová.  No quitará el bien a los que andan en integridad.
Para recibir perdón.
Heb 10:25  no dejando de congregarnos,  como algunos tienen por costumbre,  sino exhortándonos;  y tanto más,  cuanto veis que aquel día se acerca. 10:26  Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad,  ya no queda más sacrificio por los pecados.

    ¿Quieres ejercer tu ministerio al Señor? ¿disfrutar de la comunión íntima con Él en oración? ¿Recibir la bendición, protección y perdón en la casa de Dios? Seamos consecuentes y fieles en el cumplimiento, a lo que el Dios nuestro nos ha llamado. Que así sea.

S.A.S.P.
 (Haz clic sobre las referencias bíblicas para leer el versículo completo). 
Esta sección tiene como meta, presentar información oportuna, interesante y hasta curiosa para el
 conocimiento sobre Dios y tu futuro eterno. 


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